Y tú, ¿también eres introvertido?
Si tuviera que escoger, en muchas circunstancias preferiría estar solo antes que acompañado. Soy capaz de desenvolverme bien en situaciones sociales, pero recupero mi energía y concentración abrazando la solitud. ¿Conocéis la expresión alone but not lonely?
El otro día leí un artículo en el que se describe un mundo laboral extrovertido constituido en su mayoría por introvertidos disfrazados. Antes de continuar, me gustaría recalcar que introvertido y tímido no son sinónimos, este último atado al miedo a ser juzgado socialmente. La introversión responde a cómo asimilamos la estimulación, incluida la estimulación social. Las personas extrovertidas desean una gran cantidad de estimulación, mientras que las introvertidas se sienten más capaces, más vivas, cuando están en entornos reservados, silenciosos. Naturalmente, esta característica es variable, no todo es blanco o negro, pero suele haber una cierta tendencia personal hacia la introversión o la extroversión.
Así, la clave para maximizar el talento es que nos situemos en nuestra zona adecuada de estimulación. Esta declaración es importante para directivos, líderes y personas con empleados a su cargo – debemos ser flexibles, valorar herramientas que favorezcan entornos acordes a las necesidades de las personas de la organización; no toda la creatividad proviene de espacios de trabajo extremadamente sociales (ej. oficinas abiertas, sin paredes o con paredes acristaladas). Esto no quiere decir que niegue la colaboración o el trabajo en equipo, sino que considero importante la implantación de técnicas y dinámicas inclusivas que den libertad a los introvertidos, como yo, a ser ellos mismos. De acuerdo con Susan Cain, autora del libro Quiet Revolution: Unlocking the Power of Introverts, debemos impulsar a las personas a trabajar juntas, pero también a trabajar de manera individual:
Responsable de zona
6 añosNo veo ningún problema en ser tímido, ni en ser extrovertido siempre y cuando el trabajo salga y salga bien y a tiempo.