Ya no es futuro, sino presente

La pandemia ha traído consigo una serie de consecuencias. Todos estamos de acuerdo que para la sociedad han sido negativas, pero ¿ qué ha pasado con las empresas?

Puede resultar paradójico, pero el ecosistema empresarial se ha visto impulsado por la COVID-19, haciendo que los retos del futuro se hayan convertido en realidades del presente.

Actualmente, los hábitos, el consumo, las necesidades y las demandas de la sociedad están cambiando, por ello las empresas no pueden quedarse atrás. Las compañías deben ir un paso por delante de las demandas y necesidades del mercado, teniendo que estar ya preparadas para poder adaptarse y lidiar con un gran cambio contemporáneo, transformando las organizaciones y dándoles una vuelta de 180 grados. Siendo este giro debido a la transformación digital.

Pero ¿ quiénes son los actores que tienen que guiar esta transformación?

La transformación digital no es solo un proceso, sino una nueva cultura corporativa a implantar en las organizaciones. Es por ello, que el liderazgo para la transformación debe partir desde arriba, en otras palabras, debe de ser guiado e implantado por el consejo de administración de las empresas.  

Los consejeros son los máximos responsables en la toma de decisiones en lo que respecta a la estrategia de la organización y el propósito que quieren conseguir, así pues, desempeñan un papel clave en el impulso de estas y el éxito de esta transformación.

La responsabilidad, que tienen los consejeros en sus manos va a tener profundas implicaciones en las funciones a desempañar, en la estructura organizacional, composición y formación para poder llevar a cabo una transformación íntegra, pudiendo amoldarse a la identidad de la empresa y la coherencia con la cultura corporativa que le respecta.

Citando las palabras de Richard Beckhard, consultor de la gestión del cambio:

“El problema en la mayoría de los cambios es que se choca con ellos por la parte que no está a la vista”.

Este problema se explica a través de la metáfora del iceberg, es decir con la parte superficial y la oculta del mismo.  Haciendo referencia a lo visible e invisible a la hora de la implementación de la digitalización en las compañías.

El auge de esta implementación, así como las tendencias del mercado y los planes de acción de los competidores, hacen que en los consejos de administración se tomen decisiones, sin haber llegado a analizar en profundidad la viabilidad de la transformación. No queriendo nadar a contracorriente y simplemente mostrando lo que el entorno quiere que se vea.

Es por ello, que los consejeros antes de implementar la transformación digital en las organizaciones han de fijar el foco. En la parte interna de esta, los consejeros deben actuar con realismo, recabando la información necesaria para medir la situación de la empresa, de donde parte y que procesos quieren implementar de manera transversal e individual en las compañías, estando en sintonía con los valores, creencias e identidad de estas.

En resumen, esto es un reflejo de los que los Consejos de Administración tienen que hacer frente en su día a día debido a la diferencia abismal que existe en la actualidad del entorno empresarial.

Tras finalizar este artículo, se abren varias vías de debate en las que es importante llegar a reflexionar sobre la disparidad entre hablar de la transformación digital y saberla interiorizar en la empresa, pudiéndola llevar a cabo, tal y como se espera.

 Por ello, los Consejos necesitan emplear más tiempo a la hora de debatir sobre esta cuestión estratégica encaminada hacia el futuro.