El Principado de Andorra es un destino inigualable para hacer una escapada sea cual sea la estación del año. Tras las restricciones de movilidad, este microestado anclado en la cordillera pirenaica ha reabierto sus fronteras y permite entrar a los ciudadanos españoles, que pueden atravesar la península para viajar a Andorra con un certificado de autorresponsabilidad y cumpliendo las medidas de cada comunidad autónoma por la que pasen. Una vez que llegues, tendrás a tu alcance una variadísima oferta de ocio y actividades en las que la naturaleza es la protagonista indiscutible. No importa cuándo ni con quién viajes, si buscas un destino cerca de casa para tus próximas vacaciones, Andorra es sin duda el sitio que estás buscando. Ver hoteles recomendados en Andorra la Vella.

Terminada la concurrida temporada de esquí, los valles, las montañas y los bosques de Andorra se convierten en un imán para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. Al derretirse la nieve, los campos se empiezan a llenar de colores con el florecimiento de narcisos —o grandallas, como los llaman aquí— y los arroyos bajan caudalosos por toda la geografía del principado para devolver el verde a los campos de la región. Dar un simple paseo al aire libre es todo un espectáculo para los sentidos

Si quieres conocer este entorno idílico de primera mano, no te faltarán opciones: puedes hacer una ruta de senderismo por los parques nacionales del Valle del Sorteny o el Valle de Madriu-Perafita-Claror, subirte al tobogán alpino más largo del mundo en el parque de aventuras Naturlandia o, si estás en forma, apuntarte a correr la Spartan Race andorrana, que suele celebrarse en entre abril y mayo. En caso de que busques algo más tranquilo, también puedes hacer un pícnic a la orilla del lago Engolasters o recorrer sin prisas pueblos con encanto como Pal o Llorts. Con todas estas posibilidades, no te costará convencer a tus acompañantes para viajar a Andorra en primavera y disfrutar del aire puro de los Pirineos.

Motivos para viajar a Andorra en cualquier época del año

Aunque no sea lo más típico, en verano también se puede viajar a Andorra para disfrutar de unas vacaciones en las que no te aburrirás ni un segundo. Aquí podrás pasarlo en grande y escapar del asfixiante calor de muchos otros destinos de España porque, gracias a su altitud, las temperaturas máximas se sitúan en torno a los 24 grados de media.

Si eres de los que no perdona un buen chapuzón en verano, no te preocupes, puedes bañarte en los lagos de Tristaina o en el lago Primer de Juclar, al norte de Andorra. También, puedes acercarte a contemplar las hermosas vistas desde algún mirador, como el de Roc del Quer o el de Les Fonts, donde disfrutarás de una agradable brisa refrescante. Y, si buscas descargar adrenalina al aire libre y no te dan miedo las alturas, te recomendamos hacer una vía ferrata por el Canal del Grau o el Tossal Gran d'Aixovall, y hacer escalada en el rocódromo de Ordino o la zona de Pic de Ribuls. Como habrás visto, viajar a Andorra en verano puede ser una idea extraordinaria que deberías empezar a tener en cuenta.

La belleza de los paisajes otoñales es uno de los grandes reclamos para viajar a Andorra de septiembre a diciembre. Los bosques de abedules se llenan de tonos rojizos y marrones intensos, y en el suelo empiezan a aparecer todo tipo de setas y hongos muy codiciados en la cocina, como boletus, níscalos y marzuelos. Con suerte, si ha caído alguna nevada temprana, ya estarán abiertas las pistas de esquí, pero recuerda reservar el hotel cuanto antes, porque en fechas como el puente de la Constitución muchos cuelgan el cartel de completo.

Sin embargo, si el frío y la lluvia te impiden disfrutar del campo como te gustaría, otoño es el momento ideal para conocer otros de los muchos encantos de Andorra. Por ejemplo, puedes hacer una ruta cultural para visitar edificios históricos como la Casa de Vall y la iglesia de Sant Joan de Caselles, ver una colección espectacular de coches clásicos en el Museu Nacional de l'Automòbil o profundizar un poco más en el pasado de Andorra en la muela y el aserradero de Cal Pal. Más tarde, puedes dar una vuelta por la céntrica avenida Meritxell de Andorra la Vella y aprovechar para adelantar las compras navideñas o disfrutar de descuentos increíbles durante la semana del Black Friday.

El invierno es una de las estaciones más populares para viajar a Andorra por una razón sencilla: es uno de los mejores destinos para practicar todo tipo de deportes de invierno. Las montañas nevadas se llenan de alpinistas deseosos de alcanzar su próxima cima y los miles de kilómetros de pistas del Principado hacen las delicias de esquiadores y snowboarders de todos los niveles.

Algunas de las estaciones de esquí más famosas son las de Grandvalira, cerca de Pas de la Casa, y la de Vallnord, cerca de Andorra la Vella, debido a que cuentan con todo tipo de servicios y comodidades para esquiadores, desde clases de esquí hasta pistas nocturnas. Pero, si esquiar no es lo tuyo, también puedes hacer una excursión en moto de nieve, dar un paseo en un trineo tirado por perros, ¡e incluso aprender a construir un iglú! Cuando quieras entrar en calor después de tanta actividad, no hay nada como darse un baño calentito y recuperar fuerzas con un tratamiento de bienestar. Para ello, puedes probar el Centro Termal Caldea o darte un capricho y alojarte en un algún hotel con spa como el Hotel Ski Plaza & Wellness. ¿Te imaginas la sensación de ver las montañas nevadas desde el confort de tu habitación tras un lago día esquiando?