Giles Martin, hijo de George Martin, legendario productor de la banda, y actual administrador actual del catálogo de la banda, dijo a Apple Music en una entrevista que Abbey Road es el punto de partida perfecto para descubrir el universo de The Beatles porque suena totalmente contemporáneo. Y es cierto. Mientras que otros álbumes del cuarteto evocan momentos congelados en el tiempo, de los flequillos de los primeros tiempos a los traviesos experimentos pop de mediados de los 60 y los coloridos paisajes de su época psicodélica, Abbey Road no suena más que a cuatro músicos de prodigioso talento tocando juntos una canción inolvidable tras otra. Las sesiones del undécimo y penúltimo álbum de The Beatles fueron las últimas en las que los cuatro miembros se reunieron en el estudio como banda. Establecer su jerarquía dentro de una discografía tan monumental es tarea vana, pero Abbey Road (1969) puede considerarse el más atemporal de todos los que grabaron, y pasaría a la historia como una inmaculada colección de canciones de una banda revolucionaria en su apogeo creativo. Tras el expansivo The White Album del año anterior, Abbey Road apareció en 1969 como una representación relativamente concisa de la banda. Tierna en “Here Comes the Sun”, excéntrica en “Come Together” y “Polythene Pam”, macabra en “Maxwell’s Silver Hammer”, romántica en “Something”, fantasiosa en “Octopus’s Garden” y “Mean Mr. Mustard”, y libérrima en el popurrí que cierra el álbum. El fuego del grupo más dinámico de la historia del pop empezaba a extinguirse, pero no sin antes dejar un último testimonio de su prodigiosa fuerza creativa.