“El álbum surge de haber pasado 10 años como músico profesional, esperando el día en el que verdaderamente me sintiera como un músico profesional”, dice James Vincent McMorrow a Apple Music de Grapefruit Season, su quinto LP. “Todo el mundo espera ese momento en el que te sientes como un adulto, cuando asumes las responsabilidades que te han sido dadas. He estado esperando a que se encendiera la bombilla, pero nunca lo hizo”. Ese descubrimiento de que tal vez la vida nunca nos ponga ante ese momento impregna buena parte de Grapefruit Season, como también lo hace la gratitud de McMorrow por haber encontrado a alguien con quien atravesar las dificultades. Sin embargo, hay poco más que unifique estas 14 canciones. Grabado entre Los Ángeles, Nueva York, Londres y Dublín (además de retocado a fondo durante el confinamiento), el álbum captura al irlandés con las habituales guitarras acústicas (“Waiting”), aunque en él encontramos también afrobeats (“Gone”), R&B sentimental (“Tru Love”), dramáticas baladas de piano (“Poison to You”), soul de bajos poderosos (“I Should Go”) y mucho, mucho más. Es un disco, en sus propias palabras, intencionadamente “caótico”, que contrasta profundamente con las colecciones sobrias y uniformes que lo precedieron. “Antes, escribía una serie de canciones y pensaba en cómo enmarcarlas”, explica. “En este álbum, cada día y cada canción son una pequeña isla en sí misma y encajan como buenamente pueden. El hilo conductor soy yo”. Aquí, McMorrow nos lleva por Grapefruit Season canción a canción. Paradise “Antes de la pandemia, la canción que había elegido para abrir el disco era una mucho más tranquila, pero me di cuenta de que estaba siguiendo un instinto equivocado. ‘Paradise’ estableció el tono de manera automática. Habla de un tema recurrente en el álbum, que es esa señal en el cielo que esperas, pero nunca llega. Volviendo la vista atrás, pienso que me he perdido muchos momentos precisamente por eso. La canción habla de no perderse esos instantes”. Gone “Este fue básicamente el punto de partida del álbum. Una vez que tuve ‘Gone’, supimos que estaba haciendo algo que tenía sentido y al mismo tiempo era diferente. La escribí en 20 minutos y no cambié ni una palabra de la letra después del primer día. Al principio, se suponía que iba a ser para otra persona, pero cada vez encontraba más razones para quedármela. Los versos del puente, ‘I give less fucks than I used to/Still give a lot of fucks’ (Me importa menos que antes/Pero sigue importándome mucho) se convirtieron en una piedra de toque para casi todo lo que hay en el disco”. Planes in the Sky “Antes pasaba mucho tiempo intentando encontrar formas ingeniosas de decir las cosas, pero en este álbum tenía claro que no quería hacerlo. Estábamos en un estudio de Los Ángeles, alguien empezó a tocar la línea de bajo y me di cuenta de que, si no la cagaba, iba a ser una canción muy especial. Es una de mis tres canciones favoritas de todas las que he escrito. Los músicos iban tocando y yo me quedaba escuchando como si estuviera hipnotizado”. Tru Love “Tenía dos canciones que quería encajar en una. La primera la había empezado cuatro años antes y la segunda era de 2019, pero hasta abril o mayo de 2020 no me di cuenta de que debía combinarlas. Era como un problema en busca de solución, así que se la di a Jay Mooncie (productor y guitarrista) y a Two Inch Punch, que había hecho True Care conmigo en 2017. A pesar de que hablo de ceder el control, sigo siendo un maniático. En cualquier caso, les di toda la música y me encantó lo que hicieron. ‘Tru Love’ es un título bastante cursi y sabía que si no daba con la instrumentación y el tono adecuados, no iba a funcionar”. Waiting “La compuse con la guitarra en 20 o 30 minutos. Habla de ser sincero y honesto, de estar llorando en el coche, que es algo que ocurrió de verdad y de lo que no me siento ni remotamente avergonzado. Quería escribir sobre la frustración de tener que esperar a que saliera el álbum, después de haberme pasado la vida escuchando que mi autoestima y mi valor como humano vienen de este tío que se sube al escenario todas las noches y canta para 2000 personas. No es sano, pero así son las cosas”. Poison to You “Creo que cuando empecé a escribir esta canción, hace cinco o seis años, no estaba en condiciones de poder habitar la letra. La gente se va a dar cuenta de lo que digo cuando la escuche. No es una canción demasiado positiva. Hubo unos años de mi vida, 2012 o 2013, cuando estaba en lo más alto de mi primera época de éxito, en la que las giras se convirtieron en algo bastante tóxico. Las odiaba, pero al mismo tiempo estaba obsesionado con la idea de salir al escenario todas las noches. Muchas partes de mi vida se estaban derrumbando. Quiero transmitir a la gente un retrato claro y sucinto de mí mismo en lugar de dejar pistas por ahí para que las interpreten. Hice como 10 versiones de la canción y al final terminó quedando prácticamente igual que en la maqueta”. We Don't Kiss Under Umbrellas Like We Used To “Hay una afinación de guitarra que se llama afinación de Nashville y puede escucharse, por ejemplo, en ‘Holocene’ de Bon Iver. Básicamente son un montón de guitarras afinadas de forma normal, pero coges las cuerdas altas de una guitarra de 12 cuerdas y las pones en una de 6. A mí me suena como la lluvia al caer. Siempre intento encontrar una simetría o una conexión entre la letra y la música si surge la ocasión”. A House and a River “Cuando escribo una canción, termino haciendo 40 o 50 versiones diferentes. Necesito explorar todos los rincones. En 2020, cuando se retrasó el álbum, volví a revisarlo todo. Tenía la idea de hacer algo un poco en plan Marvin Gaye, con los loops de batería. Un día tenía un tambor metálico en el estudio y empecé a tocar el piano”. Hollywood & Vine “Cuando estoy en Los Ángeles y en Hollywood, hay un periodo de tiempo en el que siento que debería quedarme a vivir allí para siempre, porque todo es al aire libre y te sientes más sano, pero después paso al otro extremo. Estaba en la esquina de Hollywood con Vine, mirando a mi alrededor y pensando que tenía que irme de allí cuanto antes. Fui al estudio directamente y escribí esta canción. Quería que fuera sincera y honesta, y también reírme un poco de mí mismo”. Cliché “Está grabada muy a lo bruto, comparada con el resto de las canciones del álbum, porque la hice en una hora en el estudio. Toqué la batería, el piano y después el resto de lo que suena por encima. Eso fue todo. En la letra trato de explorar la noción de cliché. A decir verdad, creo que las cosas se convierten en clichés por algo. A veces no hay otra forma de decir alguna cosa que tirando de un cliché”. Headlights “Esta canción tuvo un proceso muy accidentado. La empecé con un compositor que se llama Justin Parker y ha escrito temas con gente como Lana Del Rey y Rihanna. Es un compositor increíble, muy intenso, y una persona estupenda con la que estar. Él tenía el estribillo y yo escribí la letra en el hotel de un día para otro. Después la dejamos a un lado, pero la canción tenía que seguir su camino y no dejar de moverse, aunque alguna gente te dirá que la primera versión estaba bastante bien. Es un poco como el monstruo de Frankenstein. Probé de todo. Quería que al llegar a los 15 segundos sonara como una canción diferente de la que vas a escuchar a los 45”. I Should Go (con Kenny Beats) “La empecé solo y la terminé con Kenny Beats, que me mandó un mensaje como caído del cielo, porque nunca nos habíamos visto ni habíamos hablado. Estaba trabajando en ‘Paradise’ y pasando un día de mierda. Y de repente veo un mensaje que dice ‘Hola, soy Kenny Beats. “Paradise” es una de las mejores canciones que he escuchado en mi vida’. Se la había puesto alguien de mi equipo. Le puse la maqueta de esta canción en Los Ángeles y le dio la vuelta en un segundo. Sabía exactamente lo que yo estaba buscando. Sonaba muy a contracorriente del resto del disco, pero me apetecía mucho meter algo más guitarrero y con un poco más de filo”. Grapefruit “Esta es la canción en la que había pensado para abrir el disco. Si la escuchas, pasa de los elementos acústicos a los electrónicos en la segunda estrofa y el estribillo. De forma un poco grandilocuente, me parecía que era una forma de agarrar la mano de la gente y llevarla por el proceso. Después, durante el confinamiento, me di cuenta de que este era el lugar que la canción tenía que ocupar”. Part of Me “La escribí al principio de la pandemia y me parecía una especie de manipulación de mí mismo, en el sonido y también en lo que transmite. Pensé que era algo interesante. El título completo era ‘There's a Part of Me That Needs to Be Constantly FuckingUp’ (Hay una parte de mí que necesita cagarla continuamente), que sonaba muy emo. Pero la cosa es que soy una persona bastante emo. ¿Por qué no aceptarlo? Dicho lo cual, en lugar de limitarme a pillar una guitarra acústica y cantar la letra, que me parecía un poco simplista, se me ocurrió bajar el tono de mi voz. Después, cuando la canción se cierra sobre sí misma al llegar al final, hay coros con mi propia voz cantando para llevarme a dormir. Me pareció una forma bonita de terminar el álbum”.
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