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![PO2054AZ (Vol.II)](/assets/artwork/1x1.gif)
El riesgo está en apostar por tu propia verdad y querer elevar algo a otro nivel de una manera más auténtica y sacra, sin dar saltos que no tienen que ver con lo puro”, le dice Sen Senra a Apple Music. Cuando en el verano de 2023 el gallego presentó el primero de los tres volúmenes que formarían PO2054AZ, un álbum ambicioso y muy personal, sabía que tal grado de riesgo estaba implícito. Entre la nostalgia por su pasado y la verdad de su presente, Christian se destapó en una primera entrega que ponía a punto el Peugeot de su padre, ese que llevaba la matrícula PO2054AZ y en el que pasó gran parte de su infancia. Ahora, llegó el momento de sacarlo a la carretera y enfocarse en el viaje. Durante el segundo volumen de su íntima saga, el nacido en San Miguel de Presqueiras se centra en la experiencia de dejar un lugar de origen y migrar hacia otros horizontes, con la espiral de emociones y vivencias que eso conlleva. Entre momentos de soledad confesa, reflexiones del viaje e interludios donde sus abuelas preguntan por cómo está una vez lejos, Sen desdibuja las fronteras del R&B y el pop para crear una experiencia tan minimalista en su sonido como rica en sus sensaciones. Agrega, además, capas al concepto de “el emigrante” con vistazos a otras latitudes, como en sus colaboraciones con Carín León o MC Dricka. Aunque, en su sustancia, el disco traza siempre su propio camino de vuelta. “Hago un homenaje a mi tierra, a mi pueblo, que sienta orgullo de toda la gente que tuvo que salir por alguna razón, por una búsqueda que nació dentro, una chispa, y por buscarse una vida”, cuenta Senra. Platicamos con él para ahondar en más detalles de su obra. ¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes del Peugeot de tu padre, el PO2054AZ? Cuando hacíamos el viaje de Vigo a mi pueblo. Llegábamos a Cerdedo y nos metíamos por un camino a través del campo, siendo la carretera que llega hasta mi casa de Presqueiras. En esta carretera se celebraba todos los años un rally. Mi padre, cuando iba la familia dentro, nos vacilaba haciendo como si fuera un piloto de rally y, no te voy a engañar, algún trompo cayó. Era mucha adrenalina y muchas risas. Ese es un recuerdo muy guapo que aún mantengo. Se dice que la nostalgia puede hacer que busquemos el pasado mientras desdeñamos el presente. ¿Consideras que la nostalgia puede ser un sentimiento nocivo? No opino para nada así. Realmente, yo siento la nostalgia desde lo hermoso y lo bonito. No es para un intercambio de querer volver y quedarme ahí, sino como un agradecimiento, saber que has pasado por ese algo. Es cosa de abrazarlo con orgullo y tirar para adelante. ¿En qué momento emocional te encontrabas durante el proceso de crear este disco? Este es el proyecto más grande en el que me he involucrado como artista. Al ser una trilogía, antes de iniciarlo sabía que iba a ser un viaje largo, que iba a ser intenso y que me iba a tener que sacrificar en muchos aspectos. Lo hice en un momento de decisión en el que estoy con ganas de seguir explorándome a mí mismo en mi arte y la vida en general. Después de hacer Sensaciones, Corazón Cromado y algún sencillo suelto, quería embarcarme en un álbum de 360°, de la forma en que siempre me involucro y con una ambición de crear algo de mucho peso. Por eso es tan extenso e intenso. Le doy la mano al disco para conocerme más a mí mismo y entender más del mundo. En el primer volumen del álbum dices “voy a hacer lo contrario a lo que aconsejáis / ¿acaso no es hermoso jugársela?”. En esta segunda entrega, ¿dónde dirías que es más evidente ese riesgo? Lo establecido, o lo que parece que funciona en muchos aspectos, no es lo que me convence artísticamente. Tomar la decisión de jugársela donde quizás no vas a salir ganando tan fácilmente es algo que para mí es digno de sentir orgullo. Entonces, el riesgo está en apostar por tu propia verdad y querer elevar algo a otro nivel de una manera más auténtica y sacra, sin dar saltos que no tienen que ver con lo puro. Esta es mi bandera. En este momento de tu vida, ¿qué persigues con tu obra? Hago un homenaje a mi tierra, a mi pueblo, que sienta orgullo de toda la gente que tuvo que salir por alguna razón, por una búsqueda que nació dentro, una chispa, y por buscarse una vida. Esto lo experimentaron muchas personas de Galicia; es un reconocimiento a toda esa gente valiente que ha tenido que dejar su hogar atrás. Simplemente enseñar esta realidad que nos pertenece. Una tierra y un imaginario que amo, una raíz que está completamente arraigada en mí y aprovecho todas las fases del proyecto para incluir siempre más cosas. En el primer volumen, fue el coche en el que fui a tantos lugares, en el que me enamoré de este arte, en el que tengo recuerdos de mi tierra e infancia, y mis oraciones: “no quiero ser un cantante”, quiero “ser algo mejor”. Entonces, utilizo todas las tesituras de cada volumen para siempre agregar más. Así como la matrícula es el tótem de esta historia, en este segundo volumen hago uso de esas imágenes que igual no estaban tan expuestas. ¿Cómo prepara este volumen la mesa para lo que vendrá con la tercera parte del proyecto? En este volumen digamos que ya hemos acabado de comer. El primero era hacer la comida, el segundo es comerla y el tercero será celebrar un día más en la vida, que estamos en familia. Brindar, festejar y cantar. Básicamente, deja sitio ya para el café, para el licor de hierbas, para abrir una botella con mi gente.