“Supongo que la velocidad del tiempo siempre es relativa para cada uno en un momento determinado”, dice Keith Urban a Apple Music. “Es lo mismo que ocurre con la música. Como un libro que te gusta, las mismas palabras cuentan historias un poco distintas cada vez”. Además de una estrella de masas, Urban siempre ha sido un músico consumado, tan interesado en distintas posibilidades rítmicas como en coros inolvidables. Es uno de los veteranos de Nashville que ha sabido adaptarse a la evolución comercial del country y la dirección cada vez más pop en la que avanza. “Siempre he tenido un estilo mixto”, explica. “Crecí escuchando los éxitos de las listas, el country contemporáneo y tocando todo tipo de covers en los clubes de mi ciudad. Todo eso es lo que me ha llevado a ser quien soy ahora”, recuerda. “Si sumas un padre que tocaba la batería y un abuelo que tocaba el piano, tienes la fuerza rítmica y melódica que forma el motor de mi curiosidad”. En THE SPEED OF NOW Part 1, su onceavo álbum de estudio, Urban ha viajado aún más lejos a través de fronteras estilísticas y geográficas en busca de canciones, productores y músicos que le ayudaran a afilar el ingenio, además de regresar a sus raíces para encontrar la determinación de finalizar el proyecto en medio de la cuarentena. “Crecí en una familia de clase trabajadora. Siempre había poco dinero y teníamos que ser creativos para aprovechar al máximo lo que teníamos”, dice. “Es una buena manera de prepararte para cuando llega algo como esto”. Urban recurrió a algunos de los artesanos más singulares de Nashville para capturar los evocadores detalles de “We Were” (escrita con Eric Church), “Forever” (con Brent Cobb) y “Tumbleweed” (que surgió durante sesiones de composición y grabación con Jaren Johnston de The Cadillac Three). Más allá, se aventuró en el estudio londinense del colaborador de Adele Eg White en la desesperada auditoría interna de “Better Than I Am”, con arreglos de guitarra que Urban tocó en el único instrumento disponible, equipado con cuerdas oxidadas. Reunió a los miembros del trío de Los Ángeles Captain Cuts y el legendario compositor de Nashville Craig Wiseman en “Superman”, un enérgico recuerdo de los romances en los que hay lugar para la preocupación. Tras hacerse con los servicios como productores y compositores de los alquimistas escandinavos del pop PhD y Cutfather, Urban envió “One Too Many”, una historia de enojo y reconciliación, a P!nk para que pusiera su voz a la otra mitad del dueto. “Es una de las grandes”, dice sobre su colaboradora. “No es una exageración, su carrera lo demuestra. Es una cantante de cantantes. Sabe distinguir una buena canción y contar su historia con increíble humanidad”. Quizás no haya una canción que refleje mejor la manera en la que Urban dirigió su energía creativa que “Out the Cage”, el tema que abre el álbum con exuberancia electrónica y la participación de Nile Rodgers y BRELAND (que también dejó su sello en la composición junto a Sam Sumser y Sean Small). “Tiene una forma de crear libre y sin filtros que encajó muy bien con la mía”, dice Urban. “Lo invité al estudio, llamamos a Sam y Sean, y apenas tardamos unos minutos en empezar a darle forma. 'Out the Cage' comenzó con una idea que tenía de hacer algo a partir de un ritmo de house inglés de los 90. Siempre me han gustado The Prodigy, Fatboy Slim y ese tipo de energía que me da ganas de romper algo. La melodía del coro salió de un riff de banjo que no podía parar de tocar. BRELAND dijo que teníamos que cantar sobre el riff y nos lanzamos a crear esta canción sobre salir de cualquier tipo de confinamiento o de opresión que te tenga prisionero”.
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