Alfred Brendel

Alfred Brendel se retiró de los escenarios a los 77 años como uno de los grandes pianistas de nuestro tiempo, pero su camino a la cumbre había tenido poco en común con el de la mayoría de sus colegas. Nació en la antigua Checoslovaquia en 1931 y, aunque tomó algunas lecciones de piano en la infancia, su educación musical fue principalmente autodidacta y renunció al circuito de concursos y certámenes en el que tantos nuevos talentos se dan a conocer. El estilo a fuego lento de Brendel, un pianista siempre discreto, le fue granjeando poco a poco la admiración del público. Entre 1958 y 1964, se convirtió en el primer intérprete en grabar la música para piano completa de Beethoven (en Vox), una proeza que cimentó su reputación internacional. Aunque Beethoven, Mozart y Schubert nunca desaparecieron de su repertorio, también dejó versiones de referencia de Schumann, Liszt y Brahms, y sacó nuevo brillo a las sonatas para piano de Haydn, hasta entonces poco valoradas. Los intereses culturales de Brendel iban más allá del piano, escribió mucho sobre música, publicó libros de poemas y fue un pintor notable. Su inagotable curiosidad y un agudo sentido del humor se reflejan muchas veces en su estilo, marcado por una profunda vena emocional que nunca cae en el sentimentalismo. Su equilibrio entre intelecto y emoción ha sido igualado por muy pocos intérpretes.