Cruz Cafuné

De la hornada de raperos y traperos que ha puesto a las islas Canarias en el mapa internacional, Cruz Cafuné quizás sea el más fiel de todos a los códigos del hip-hop. Como parte de los colectivos Toska Runners y BNMP (Broke Niños Make Pesos), tuvo un papel esencial a mediados de la década de 2010 a la hora de dar continuidad a una escena que había crecido alrededor de pioneros como Nestakilla. Maracucho Bueno Muere Chiquito, su debut de 2018, siguió un ambicioso arco narrativo que cuenta la historia de un joven tinerfeño y su accidentado ascenso a la fama. La producción, enraizada en el rap de los 2000, encajó como anillo al dedo con la densidad lírica de unas canciones en las que Cruzzi encuentra a menudo espacio para el humor. Moonlight922 (2020), una referencia al prefijo telefónico de Santa Cruz de Tenerife, tejió atmósferas nocturnas y versos íntimos que contrastan con su expansivo predecesor. Después de una fascinante serie de remezclas y colaboraciones con Recycled J, Juseph y otros espíritus afines, llegó el caleidoscópico Me Muevo Con Dios (2023), un proyecto de largo alcance capaz de atravesar el hip-hop de la vieja escuela, el Jersey club y el amapiano sudafricano en canciones que van de la ternura romántica a las reflexiones existenciales y el sarcasmo más afilado.