Lady Gaga

Nadie ha sabido emplear la provocación ni el arte de reinventarse a sí misma de una manera tan audaz como la excéntrica, talentosa y carismática Stefani Joanne Angelina Germanotta. Nacida en Nueva York en 1986, Lady Gaga creó su nombre artístico haciendo un guiño a Queen e hizo suyo el transformismo de Bowie, la eterna renovación de Madonna y las facetas más glamurosas de Marilyn Manson o Grace Jones. Perfeccionó su oficio antes de dejar al mundo atónito con el dance pop vanguardista de The Fame (2008) y con éxitos como “Last Dance”, el primero de muchos. Su pasión por el mundo de la fama y las celebridades continuó en The Fame Monster (2010), así como su afán por sumergirse en las raíces del pop para revolucionarlas con títulos de la talla de “Bad Romance” y “Telephone”. La ambivalencia entre autenticidad e ilusión quedó patente en Born This Way (2011) y ARTPOP (2013), en un momento de su trayectoria en el que siguió usando el arte y la moda para modelar su identidad artística y desafiar las normas de género. A lo largo de los años ha cambiado de personajes, desde la diva pop hasta su alter ego masculino Jo Calderone o su versión de crooner femenina junto a Tony Bennet, con quien grabó Cheek to Cheek en 2014. Joanne fue su álbum de madurez, y con él cambió la discoteca virtual de ARTPOP por algo mucho más íntimo. En busca de autenticidad, llegó incluso a explorar el folk en el tema homónimo y el country en “Grigio Girls”. Pero si hay una canción con este sonido que marca un hito en su vida es “Shallow”, con la que ganó una estatuilla en 2018 y por cuya película estuvo nominada al Oscar a mejor actriz. Lady Gaga nunca dejó atrás sus aspiraciones actorales. Apareció en Los Soprano, Gossip Girl y American Horror Story: Hotel, interpretó un ascenso a la fama en la nueva versión hollywoodiense de Ha nacido una estrella y Ridley Scott habló maravillas de ella tras su trabajo en La casa Gucci. Todo ello en paralelo a su carrera musical. “Rain On Me”, junto a Ariana Grande, adelantó la llegada de Chromatica (2020), un álbum catártico y conceptual que marcó su regreso al dance pop y gracias al cual exorcizó traumas del pasado. Durante toda su carrera, Lady Gaga ha demostrado ser una artista comprometida. Sus letras han sabido conectar con un público ávido de mensajes de amor propio y autoafirmación, lo que la ha llevado a convertirse en faro de millones de seguidores, sus “Little Monsters”. Pero no se detuvo ahí. Es una conocida activista de los derechos de la comunidad LGTBIQ+, y desde su fundación Born This Way trabaja para ayudar a la gente joven y luchar contra el abuso a las mujeres.