Jimi Hendrix reinventó la guitarra: el instrumento pasó a ser, en sus manos, una perfecta máquina de ruido y de sonidos desconocidos. A la vez, trituró géneros como el rock, el blues y la psicodelia, para encontrar a partir de ellos algo nuevo. Nunca habrá otro músico tan genial como él, pero sí discípulos que se miraron en su mismo espejo, como Lenny Kravitz, Van Halen, Television o Prince.