Shinedown se formó en Florida a principios de siglo y ya con su álbum debut se intuía que estábamos ante algo grande. La banda entendía a la perfección qué es lo que reclamaban los fans del rock más duro y clásico y se lo entregó en bandeja de plata. Pronto se confirmaron como uno de los grupos de rock más grandes del momento y, aunque su sonido se fue endureciendo, consiguió acercarse a audiencias pop gracias a baladas como Second Chance. Junto a otras formaciones como Seether, ayudó a dar un nuevo impulso al llamado post-grunge, aunque ella nunca comulgue con esta etiqueta.