Aunque también era compositor, Kempff será siempre recordado como una gran pianista, de enorme originalidad y frescura. Mantuvo, pese a todos los avatares históricos, su apasionada defensa de la tradición austro-alemana: de Mozart a Schumann y Brahms, pasando por Beethoven. Grabó dos veces todas las sonatas para piano y conciertos de Beethoven, creando una versión clásica en cada una de las ocasiones. Su grabación de la primera Leyenda de Liszt es una de las mejores grabaciones de piano nunca realizadas. Maravilloso músico de cámara, trabajó con Menuhin, Fournier, Schneiderhan y Szeryng.