Este álbum combina dos obras olvidadas del repertorio francés cuyos estilos se ubican entre el romanticismo y el impresionismo. A fines del siglo XIX, muchos compositores franceses se alejaron de la influencia wagneriana, que parecía inescapable, para combinar sus exploraciones de la armonía modal con un renovado interés por las formas del barroco y el sonido clásico del siglo XVIII. El Concierto para violín, piano y cuarteto de cuerdas de Ernest Chausson, una de las obras más deslumbrantes de Francia a fines del siglo XIX, es un buen ejemplo de esta tendencia. Su partitura imita el concerto grosso barroco con su concertino (solistas) y ripieno (cuarteto), mientras que los títulos en francés de los movimientos no dejan duda alguna sobre el origen de la obra. Más allá de esos detalles técnicos, el concierto de Chausson es una obra de extraordinaria imaginación. Su primer movimiento crece a partir de tres notas anunciadas por el piano en los primeros compases. A partir de ahí, Chausson se embarca en un viaje que ondula sobre olas extasiadas a medida que el piano y el violín danzan juntos sobre el acompañamiento del cuarteto. La “Sicilienne”, liviana y elegante, y el “Grave”, un movimiento de gran intensidad, preparan el camino para un “Finale” apasionado en el que ambos solistas se lucen. Eric Le Sage responde con aplomo al desafío, y su sensibilidad permite que también destaquen los músicos del cuarteto. Nacido en 1870, Louis Vierne es conocido por haber sido el organista de Notre Dame en París y por su importante obra para órgano, que incluye seis sinfonías. Sin embargo, sus obras de cámara empezaron a ganar notoriedad a partir de la década de 1990. El Quinteto está dedicado a su hijo Jacques, quien murió en 1917 durante la Primera Guerra Mundial. Por ello, no sorprende que los climas musicales oscilen entre la ternura y el tormento ni que, en sus picos de intensidad, pareciera liberarse del romanticismo para buscar un universo atonal. Las interpretaciones son de consistencia excelente, y todos los instrumentos se acoplan instintivamente a los embates emocionales de estos dos grandes compositores.