

El segundo álbum del proyecto más conocido de los británicos Garry Cobain y Brian Dougans marca su tránsito definitivo al ambient y la electrónica más vanguardista. La inicial “Cascade” fija el tono del disco con su arranque galáctico, texturas de sintetizadores y un remolino de samples que se expande en paisajes íntimos y épicos al mismo tiempo. La guitarra de Robert Fripp en “Flak” refleja la conexión musical y estética entre la ambición creativa del dúo y uno de los pioneros de la electrónica.