Más que una exploración de las corrientes de vanguardia de mediados de los 70, el primer LP de la “trilogía de Berlín” es un salto al vacío con el que Bowie inventó una nueva identidad sonora y estética con la ayuda inestimable de las texturas atmosféricas de Brian Eno. Su voz suena extrañamente lejana en canciones divididas por amenazantes interludios instrumentales y alejadas de las estructuras pop convencionales. Este es un Bowie de gran complejidad, pero de absoluta fascinación.
- Tin Machine
- Talking Heads
- Mick Ronson