Rita Strohl: Volume 2, Musique de chambre
Rita Strohl se abrió camino en un mundo en el que se pensaba que la vida de una compositora era, en gran medida, incompatible con la crianza de una familia. Nacida en Francia en 1865, la también pianista supo combinar con éxito las abrumadoras expectativas de su época en torno a la maternidad con una serie de obras de cámara que la definieron como una mujer de ideas sólidamente románticas. César Franck y Saint-Saëns son una influencia predominante en Grande Fantaisie-Quintette y Trío No. 2 (“Deuxième Trio”), ambas elaboradas con autoridad y destreza, pese a ser consideradas obras derivadas. Sin embargo, un par de décadas más tarde, en los últimos años del siglo XIX, el estilo de Strohl dio un giro radical, impulsado por la idea de hacer contacto con “su propio tiempo”, como ella misma describió su evolución en uno de sus escritos. Aunque Strohl componía sobre todo obras para voz, Arlequín et Colombine, su trío para piano, violonchelo y clarinete de 1898, demuestra cómo su música empieza a adoptar los sabores de Fauré en fluidas líneas melódicas y sofisticadas armonías. Cinco años después, abrazó con convicción el impresionismo. Un ejemplo de ello es Musiques sur l’eau, su obra raveliana para piano, basada en lo que ella denominó la “escala de seis notas” o de tonos enteros. La música parece reflejar a una compositora que, finalmente, se siente cómoda en su propia piel artística, y su obra despega de maneras que sus trabajos anteriores simplemente no lograron alcanzar. Es difícil imaginar esta música interpretada con mayor destreza y dedicación: un resurgimiento admirable de una fascinante voz compositiva.