Beethoven compuso su Sonata No. 3 para violonchelo y piano en 1808, un año de turbulencias políticas y personales. Las guerras napoleónicas llevaban años devastando Europa y el compositor vivía en un estado de perpetua desesperación ante una sordera que amenazaba con poner fin a su impresionante carrera. En ese contexto, su Tercera sonata suena a luz en la oscuridad. “La pieza nos recuerda maravillosamente que Beethoven seguía escribiendo música llena de ánimo, gloria, paz y generosidad en medio de situaciones espantosas”, dice a Apple Music el pianista Emanuel “Manny” Ax. “Lo que nos asombraba a Manny y a mí es que, a pesar de todo, Beethoven compuso la música más optimista del mundo”, añade Yo-Yo Ma. Hope Amid Tears - Beethoven: Cello Sonatas toma el título prestado de la dedicatoria de Beethoven al aristócrata y violonchelista alemán, el barón Ignaz von Gleichenstein: “Inter lacrimas et luctum”, o “Entre lágrimas y dolor”. De la misma manera que el compositor encontró consuelo en esta música hace más de 200 años, hoy sirve de bálsamo reconfortante en tiempos difíciles. La desbordante imaginación de Beethoven es evidente en las cinco sonatas, todas marcadas por momentos de belleza profunda, lúdicas divagaciones y profundidad emocional. Es música que ofrece refugio sin huir de la dura realidad. A diferencia de la mayoría de partituras para violonchelo y piano, donde este último es un mero acompañante del primero, las sonatas de Beethoven conceden el mismo protagonismo a ambos instrumentos. “Sobre todo en la Tercera”, dice Ma, “en la que parece que soy la tercera mano de Manny”. Los dos músicos, que llevan casi 50 años tocando juntos, comparten ese mismo espíritu. “Somos como una vieja pareja”, bromea Ax, “ya no hablamos, sólo tocamos”. El álbum representa la segunda vez que el pianista y el violonchelista se acercan a estas partituras tras Beethoven: Complete Cello Sonatas, la integral que grabaron juntos en 1987. Ax insiste en que no cayeron en la tentación de volver a escuchar aquellas versiones. “Pensamos que, si sonaba bien, íbamos a ponernos nerviosos y nada sería igual. Y si sonaba mal, nos iba a deprimir”. Aquí, Yo-Yo Ma y Emanuel Ax nos hablan de las piezas de esta segunda aventura, una a una. Sonata No. 1 in F Major, Op. 5 No. 1 (Sonata n.º 1 en fa mayor, Op. 5) Yo-Yo Ma: “En las dos primeras sonatas, Beethoven pone las cartas sobre la mesa y demuestra su talento como compositor. Creo que, con la Primera sonata, quiere describir el universo. Hay una sensación enigmática en toda la obra que se puede interpretar como el misterio del espacio”. Emanuel Ax: “Desde el principio, es una sonata llena de sorpresas deliberadas. No tienes ni idea de dónde estás o a dónde vas. Hay todo tipo de interrupciones que te hacen preguntarte qué está pasando y qué vendrá a continuación. Parte de ese efecto sorprendente viene de una introducción y un primer movimiento monumentales, a los que sigue un segundo movimiento mucho más ligero”. Sonata No. 2 in G Minor, Op. 5 No. 2 (Sonata nº 2 en sol menor, Op. 5) Ma: “Al principio de la Segunda sonata, Beethoven describe la sociedad aristocrática con ritmos lentos y con puntillo que evocan una especie de procesión cortesana”. Ax: “Aquí se escucha también el sentido del pulso rítmico de Beethoven, algo que siempre lo caracterizó. Cuando llega el allegro, la música alcanza una velocidad constante que recuerda a la parte de la Séptima sinfonía en que los ritmos alcanzan un punto casi febril”. Sonata No. 3 in A Major, Op. 69 (Sonata nº 3 en la mayor, Op. 69) Ax: “La Tercera sonata gira alrededor de la esperanza y el optimismo. En cierto sentido, podría ser el credo de Beethoven. Aquí vemos su lado más positivo, su fe en la humanidad. Es como si dijera ‘A pesar de todo, así podrían ser las cosas, esto es lo que he decidido creer’. Este optimismo empapa los dos primeros movimientos y culmina en la celebración del último”. Ma: “Si alguna vez ha habido música con un equilibrio perfecto, es la que Beethoven escribió aquí”. Sonata No. 4 in C Major, Op. 102 No. 1 (Sonata nº 4 en do mayor, Op. 102 n.º 1) Ma: “Al principio, estás como flotando por el universo, porque toda la introducción está en un acorde de dominante, aunque no te das cuenta hasta que finalmente se resuelve. Es el equivalente musical a ver de repente los Jardines Colgantes de Babilonia, una llegada al éxtasis. También creo que esta es la obra más eficiente de Beethoven en algunos aspectos. Es casi como si se hubiera preguntado qué podía hacer con cuatro notas. La forma en la que lo resuelve, utilizando el menor número de notas posible, es como un rompecabezas musical”. Sonata No. 5 in D Major, Op. 102 No. 2 (Sonata nº 5 en re mayor, Op. 102 n.º 2) Ax: “El primer movimiento es puro músculo. Luego llega un segundo movimiento maravilloso, pero antes ha empezado con una especie de marcha muy abierta y enfática. El segundo se adentra en las profundidades de la desesperación, como si fuera una marcha fúnebre, y termina con una quietud asombrosa en la que nada se mueve. Cada cambio es un evento, sin noción del tiempo ni propulsión rítmica de ningún tipo. La única manera de terminar es con la fuga del último movimiento, porque la fuga es la forma más democrática y libre de hacer música. Pueden ser dos líneas o 55 minutos. No hay límites de tiempo ni en el número de voces”. Ma: “Esa fuga es como un baile cósmico. ¡El baile de los dioses!”. Variations (Variaciones) Ax: “Normalmente, las variaciones son la forma que los compositores tienen de ser virtuosos. En todas las variaciones de Beethoven se nota lo brillante que era, también en estas tres series”. Ma: “Estas variaciones son como una fusión entre la música formal y el jazz improvisado. Beethoven era un improvisador increíble. Lo mejor de la tradición clásica proviene tanto de la capacidad de interpretación como de la de improvisación. Cuando combinamos las dos en la formación musical, nos acercamos a la creatividad y la ambición de alguien como Beethoven”.
- Silkroad Ensemble
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- Mstislav Rostropovich
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- Krystian Zimerman, London Symphony Orchestra & Sir Simon Rattle
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