Gorillaz comenzaron a trabajar en su séptimo álbum de estudio con la intención declarada de no grabar un álbum. En su lugar, concibieron el proyecto Song Machine como una serie de sencillos mensuales creados en el momento, sin las ataduras ni los conceptos asociados al formato de larga duración. “Esa es la definición de contemporáneo, ¿verdad?”, dice a Apple Music, Remi Kabaka Jr., productor, baterista, percusionista y tercera parte del trío que completan Damon Albarn y Jamie Hewlett. “Es más interesante trabajar en este formato episódico porque siempre es más sencillo responder a un momento que tratar de recordar cuál fue tu respuesta a ese momento. Eres como un boletín, respondes en lugar de informar”. Las canciones nacieron en sesiones intensivas, organizadas tan rápidamente como sus ideas y colaboradores lo permitían. La serie arrancó con “Momentary Bliss”, un encuentro con las voces insurgentes de slowthai y Slaves que tuvo lugar en enero de 2020, antes de que el confinamiento cambiara el ritmo de lanzamientos a uno cada pocas semanas. Sin embargo, el proyecto prosiguió a través de todas las formas posibles de comunicación y la música nunca dejó de fluir. “No sé si la cuarentena cambió el proceso de creación de las canciones, pero sí pienso que cambió los temas de los que hablamos”, dice Kabaka. “Si te gusta un artista, le pones una grabación, ya sea por internet o en el mundo real, y si le gusta, trabajas con él. La tecnología no es más que un sistema de transmitir música, no ha cambiado radicalmente el proceso creativo de Gorillaz. Si te puedes comunicar con alguien y tienes algo de lo que escribir, ¡bum! Todo empieza ahí”. La lista de colaboradores es más diversa y estelar que en cualquiera de sus proyectos anteriores, que esta vez ha llevado a su órbita a Elton John, Robert Smith de The Cure, Georgia, 6LACK y a la cantautora maliense Fatoumata Diawara. “Song Machine es un universo sonoro y creo que hay más universalidad en el sonido que nunca antes”, explica Kabala. “En cierto sentido, el todo se ha vuelto más celular.” La magia de Gorillaz está en su forma de fusionar todas esas células en un conjunto nuevo y coherente. El criterio para elegir a los colaboradores fue la manera en la que podían inspirar o desarrollar una canción tanto cómo cuál podía ser su contribución a las ideas que ya se estaban cocinando. “A veces es la música la que pide a un artista a gritos, otras los artistas eligen una idea en la que no habías pensado”, dice. “Necesitas tener distintas opciones, no puedes tener miedo a perder una idea. Es parte de la agilidad que necesitas para estar presente en el momento, tienes que abordarlo con tan pocas ideas preconcebidas como puedas y con todas las posibilidades abiertas. Tienes que responder a las necesidades del artista, que es quien tiene el plan maestro. Los invitamos para que nos sorprendieran. Necesitas sentir la esperanza de que van a sorprenderte”. El resultado sigue sonando inconfundiblemente a Gorillaz: pop excéntrico atado a melodías afiladas que camina entre el espíritu lúdico, la realidad y la melancolía. Finalmente, quedó claro que de estas canciones sueltas podía salir un álbum que reflejara la turbulencia y el drama de 2020. En “The Valley of The Pagans”, Beck marca el ritmo con noticias de una “tierra del sol permanente/donde las flores se derriten y el futuro es divertido”. ScHoolboy Q cabalga sobre el funk esponjoso de “Pac-Man” preguntándose “cómo fiarse de la verdad”. Y con su filo acostumbrado, Robert Smith alude a nuestro “mundo de guantes quirúrgicos” en el tema que da título al disco, una canción que tiene tanto de llamada a la pista de baile como de retrato de una humanidad atrapada en una espiral descendente. También abundan los momentos de optimismo, desde el pop trilingüe de “Désolé” a la convicción de que “podemos hacerlo mucho mejor que esto” en “Momentary Bliss”. “Lo extraño no es malo, simplemente es raro”, dice Kabaka. “Somos lo suficientemente inteligentes como para darnos cuenta de que la mutación cambia el desarrollo del mundo, y de que el cambio es bueno”. En los 20 años transcurridos desde su primer EP, Tomorrow Comes Today, el mundo ha mutado de formas inimaginables, pero Gorillaz siguen siendo imaginativos y vibrantes cronistas de su época. “La esencia es la misma de siempre”, dice Kabaka. “Sigue siendo extraña y maravillosa, pero quizás seamos nosotros los que hemos cambiado”.
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