

Kissin ha sido durante mucho tiempo un músico de cámara fabuloso, pero no abundan sus grabaciones en el género, así que esta es un placer, sobre todo gracias a sus múltiples colaboraciones. El encantador Cuarteto para piano n.º 1 (Piano Quartet No. 1) de Mozart abre el recital con un equilibrio maravilloso y una química irresistible entre los músicos. El cuarteto de Fauré, más oscuro y rico, adquiere un poderoso aire de profundidad, mientras que el quinteto de Dvořák (que el Emerson Quartet ya ha grabado con Menahem Pressler) invita a perderse en sus melodías y texturas. El bis de Shostakovich cierra la velada con un broche de oro.