El talento innato de Lang Lang y los años de intenso trabajo lo han convertido en una estrella mundial, pero quizá nunca habría tocado un piano de no ser por Tom y Jerry. Y es que, cuando tenía tres años, el virtuoso pianista escuchó la Rapsodia húngara n.º 2 de Liszt en un episodio de la famosa caricatura y desde entonces quiso aprender a tocar el instrumento. Con la idea de aprovechar el poder de las películas animadas para acercar a las personas (sobre todo a las más jóvenes) a la música clásica, Lang Lang presenta ahora su más reciente álbum, The Disney Book. Grabado por el prestigioso sello Deutsche Grammophon, este trabajo explora el legado de una de las empresas culturales más influyentes del siglo pasado, cuyas bandas sonoras forman parte de los recuerdos de infancia de millones de personas. “Tuvimos gran éxito con Piano Book de 2019, pues llegó a mucha gente que recién estaba conociendo la música clásica”, comenta Lang. “Así que queríamos ayudarles a dar el siguiente paso. Por supuesto, pudimos haber hecho el ‘Piano Book vol. 2’, pero no creímos que iba a tener el mismo impacto. Por eso empezamos a pensar en las caricaturas y películas animadas, porque fueron muy importantes para mí cuando era niño”. Los personajes animados pueden trascender las fronteras y convenciones culturales. Sobre todo, satisfacen la sed de fantasía durante la infancia. “La animación es una poderosa herramienta para la enseñanza. Es como un imán que lleva a un mundo mágico. Es real pero también una fantasía y esto es lo que más llama la atención”. Lang Lang recorrió toda la gama de bandas sonoras de dibujos animados antes de decidirse por Disney. “Sentíamos que el álbum necesitaba un tema. No puedes ir saltando de Tom y Jerry, Looney Tunes y Transformers, al manga japonés o Los Picapiedra. Pienso que las películas de Disney representan probablemente el 90% de nuestra infancia. Por eso nos decidimos por esta temática. Musicalmente hablando, creo que Mary Poppins es la mejor de todos los tiempos. Si escuchas todas las grandes melodías de la película: ‘Feed the Birds’, ‘A Spoonful of Sugar’, nada las supera”. El lanzamiento de The Disney Book coincide con el año del centenario de Walt Disney Company y abarca un amplio espectro de la historia del cine y estilos musicales. Su lista de canciones se remonta a “Who’s Afraid of the Big Bad Wolf” de Three Little Pigs (1933) y “La Estrella Azul” de Pinocho (1940). Además, abarca éxitos contemporáneos como “Recuérdame” de Coco (2017) y “No se Habla de Bruno” de Lin-Manuel Miranda para Encanto (2021). Inevitablemente, hay espacio para la balada de Elsa “Libre Soy” de Frozen: Una Aventura Congelada (2013) y la igualmente conocida “Es un mundo Pequeño” (1964), que Lang escuchó por primera vez cuando tenía 13 años en Tokyo Disneyland. La combinación de Lang Lang y Disney exigió arreglos musicales asombrosos. El pianista recuerda haber aprendido de su experiencia de hacer el álbum New York Rhapsody, en el que a menudo tuvo un papel secundario, al lado de la multitud de vocalistas de la grabación. “Esto me enseñó una gran lección”, comenta. “A veces cometes errores, sobre todo en un área nueva que no has explorado antes. Pero para The Disney Book, colaboré con un grupo de personas increíbles que transcriben para piano, como Stephen Hough, Thomas Lauderdale, Natalie Tenenbaum de la Juilliard School of Music y David Hamilton. Trabajamos muy duro para asegurarnos de que este disco no sonara a música de salón”. Lang quería que sus arreglistas tuvieran en mente las transcripciones para teclado de Franz Liszt y Vladimir Horowitz, para evitar que el piano quedara en segundo plano. “Queríamos que ese toque de virtuosismo en el instrumento formara parte del proyecto. En ‘Baby Mine’ de Dumbo, ¡tenemos algo que suena como Debussy! Buscaba que toda la destreza clásica brillara en esta grabación”. The Disney Book, tanto en su versión estándar como en la edición de lujo ampliada, presenta deslumbrantes muestras de virtuosismo. Algunas con el acompañamiento de la Royal Philharmonic Orchestra, otras como números solistas o piezas grabadas con diferentes artistas. En esta lista se encuentran Andrea Bocelli, Miloš Karadaglić, Jon Batiste, el intérprete de erhu Guo Gan y Gina Alice, esposa de Lang. “Si tuviera que elegir una melodía de Disney sería ‘La Estrella Azul’”, nos comparte Lang Lang. “Es tan simbólica. Al principio le pedí a Pharrell Williams que la cantara, pero temía no poder hacerle justicia porque todo el mundo conoce la melodía. Parecía que nadie iba a ser capaz. Así que le pregunté a Gina si quería hacerlo y, aunque es pianista y no una cantante profesional, el resultado fue increíble”. Stephen Hough, pianista además de arreglista, transcribió “Feed the Birds” al estilo de un preludio de Rachmaninoff. Mientras que los desafíos técnicos de Mary Poppins Fantasy de Natalie Tenenbaum pusieron a prueba los dedos de Lang Lang. “Stephen hizo un trabajo increíble y la gran transcripción de Natalie es muy difícil de interpretar. Es realmente una combinación de Liszt y Horowitz. ¡Tenía los dedos ardiendo al terminar!”.