La monarquía de los Habsburgo y el Imperio austriaco modelaron la música bohemia durante más de 300 años. Sin embargo, protagonistas de la composición como Smetana y Dvořák contribuyeron a que la República Checa desarrollara su propia voz, incorporando influencias folclóricas. Más tarde, artistas como Janáček y Martinů siguieron ampliando el repertorio melódico del país, posicionándolo en el mapa.