Ali Farka Touré fue un cantante y guitarrista originario de Malí. Una leyenda del blues del desierto que fusionó el ritmo tradicional africano con la música del alma. Su acercamiento al mundo de la música comenzó de niño, cuando quedó cautivado por los sonidos que escuchaba en los rituales espirituales que se realizaban en el río Níger. A medida que creció fue aprendiendo a tocar instrumentos tradicionales como el ngoni, hasta que conoció la guitarra y a partir de allí la dominó. En los años 80 su música llegó a Europa, grabó “Talking Timbuktu” y fue un éxito.