Pocos pianistas de la historia del jazz pueden competir con Chick Corea. Desde su debut en solitario a finales de los 60, el músico estadounidense ha demostrado un carácter atrevido, revolucionario e intuitivo que le ha llevado a grabar auténticas obras maestras del género y a tocar con los mejores. Desde sus años en la banda de Miles Davis o en Circle hasta proyectos como Return To Forever o The Elektric Band, Corea ha exprimido al máximo las posibilidades del teclado eléctrico o acústico, del jazz fusión, del jazz de cámara y de la improvisación.