Inspirado a partes iguales por el rap sureño de Three 6 Mafia, la escena de metal extremo de su Florida natal y las hordas del black escandinavo, Eric Whitney se reinventó como Ghostemane, un rapero que cambiaba las habituales rimas callejeras por descarnadas exploraciones del lado oscuro. For the Aspiring Occultist, el álbum que grabó en 2015 tras varios proyectos en SoundCloud, tiene puntos en común con Lil Peep y otros compañeros de generación, pero el filo metálico y la influencia evidente del underground hardcore lo convierten en un debut de difícil clasificación. Media docena de álbumes después, Ghostmane mantiene un fiero espíritu independiente. Sin embargo, sus canciones han ganado en sofisticación, a menudo acompañadas por vídeos que reflejan un universo visual tan inquietante y extrañamente hipnótico como el de sus rimas.