Más allá de su tropezada carrera (cambios de alineación, falta de dinero y problemas personales) y de su poca producción discográfica (tres álbumes de estudio en 25 años), el legado de my bloody valentine es innegable. Pioneros del shoegaze, el grupo de Kevin Shields tomó inspiración del rock clásico, el indie rock y el post punk para reinventar su sonido e influenciar a una generación venidera.