La compositora y violista inglesa no solo es recordada por ser una de las primeras mujeres en integrarse como intérprete de una orquesta, sino por un impecable catálogo musical que por muchos años permaneció escondido. Con un estilo apegado al impresionismo, armonías modernistas y la viola como figura central, su música es capaz de crear atmósferas intensas y oscurecidas bajo un complejo manto neoclásico. Apasionada y poderosa, su obra regresa a los reflectores en deliciosa música de cámara, selectas piezas vocales y movimientos íntimos para piano.