Melodías delicadas y exquisitas, distorsiones furiosas y referencias a la psicodelia, el heavy metal, la electrónica y el pop pueden encontrarse a lo largo de la carrera de los Smashing Pumpkins. El catálogo de la banda de Chicago está repleto de canciones grandilocuentes, llenas de mundos oníricos que alcanzan su clímax y explotan con fuegos artificiales. Ése es el sello del grupo de Billy Corgan, artífice de algunos de los mejores himnos adolescentes de los 90 y cerebro detrás de uno de los proyectos más importantes y eclécticos del rock alternativo americano.