El frenético auge del rock progresivo y el heavy metal durante los 70, aunado a los cambios sociales que se estaban viviendo en la época, llevaron a muchos músicos a bajar la velocidad y explorar composiciones más melódicas y temáticas, más fraternales y románticas. Para esto retomaron elementos del rock clásico, pero a la vez incorporaron riffs, baterías y texturas vocales más interesantes. Bandas como Chicago, Genesis o The Who se convirtieron en los estandartes de este movimiento, creando la música popular predilecta de los 80 que rápidamente conquistó a Estados Unidos y Europa.