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viernes, 20 de junio de 2008

PUERTA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

La construcción del recinto abaluartado supuso el derribo de la cerca medieval y sus correspondientes puertas. Por el contrario, a medida que se levantaba el recinto abaluartado se fueron construyendo sus puertas. La Puerta de Nuestra Señora del Pilar o Puerta Pilar fue una de ellas y vino a sustituir a la Puerta de Santa Marina (demolida cuando se levantó el baluarte de San Juan).

Contamos con abundante documentación que nos ha permitido seguir el proceso de construcción de la puerta. En efecto, en 1684 la zona contigua a la Puerta de Santa Marina todavía conservaba el viejo recinto medieval pues en el informe de Diego Caballero (27 de enero de 1684) se dice que se había caído un gran tramo del muro situado junto a Santa Marina, lo que viene a demostrar que en 1684 las murallas medievales de esta zona no habían sido demolidas. En una carta del Cabildo Municipal del mes de febrero de 1691 se insinúa que la puerta de Santa Marina todavía se mantenía en pie aunque desde el mes de enero de ese mismo año se construía la portada para Puerta Pilar. Finalmente Puerta Pilar fue inaugurada en 1692. Por tanto, debemos fechar la construcción de la puerta entre el mes de enero de 1691 (los canteros realizan la portada) y el 8 de abril de 1692 (inauguración). Veamos este proceso con más detalle.

La primera referencia a la nueva puerta aparece en una carta del conde de Montijo, fechada el 26 de enero de 1691, en la que se dice que los canteros se encontraban trabajando

“… en la nueba portada de piedra blanca picada y bruñida que se a de poner en el paraje donde oi esta la de sta. Marina…” (1)

La disputa que mantuvieron el conde de Montijo y el Cabildo a propósito de la Puerta de Mérida se repitió también en Puerta Pilar. En efecto, el Cabildo Municipal solicitó al Conde que las nuevas puertas conservasen los mismos escudos y las mismas imágenes de la Virgen que tenían las viejas puertas. Con este fin, el día 8 de febrero, el Cabildo Municipal acordó que Juan Chumacero y Rodrigo Brito trasladaran al Conde la petición anterior, es decir, que

“…en las puertas nuebas que se fabrican en la nueba muralla (recinto abaluartado) se pongan las armas desta ciudad y capilla para las imágenes de ntra. Señora que estan en las antiguas en la conformidad que an estado siempre…” (2)

El 19 de febrero, Juan Chumacero y Rodrigo Brito informaron al Cabildo Municipal de que el Conde había rechazado la petición de la ciudad y que la nueva puerta seguiría el modelo establecido en la puerta nueva de la Trinidad. Es decir, en la fachada no aparecería el escudo de Badajoz. El Cabildo decidió contestar en los siguientes términos

“…questa ciudad acuerda que escriua a su Excelencia que en la puerta de la sma. Trinidad nueba no pudo esta ciudad mudar el escudo de armas de la antigua porque estauan pintadas q. siempre a estado en animo de hazer escudo de piedra y ponerle como lo executara y por questa en esa materia el questa ciudad tiene en la puerta de Santa Marina buelue a representar a su Excelencia quando la desbarate la ponga el escudo q. tiene por q. todas las puertas desta ciudad an tenido y tienen sus armas y las de su Mag. y en esta conformidad se le ha de entender a su Excelencia…” (3)

El 25 de julio Rodrigo de Brito volvió a comunicar al Cabildo Municipal que el Conde se reafirmaba en la idea de tomar a la puerta nueva de la Trinidad como modelo para las nuevas entradas. El Cabildo decidió entonces pedir amparo al Rey aunque las gestiones de las autoridades municipales no impidieron que el Conde lograra imponer su criterio. En efecto, en la fachada exterior no aparece el escudo de Badajoz sino las armas del Rey y las del Conde (4).




Arriba escudo real (Carlos II); debajo escudo del Conde de Montijo

El Cabildo no dio la batalla por perdida y cuando el conde de Montijo fue sustituido por el marqués de San Vicente se solicitó que en las puertas nuevas del Pilar Trinidad y Mérida se pusiesen los escudos de la ciudad tal y como aparecían en las puertas antiguas (5). El 28 de junio de 1698 las autoridades municipales volvieron de nuevo a la carga. En esta ocasión se acordó que Francisco de Mora y Rodrigo de Brito se encargasen de que en las puertas nuevas sólo aparecieran las armas del Rey y las de la ciudad y además se quitasen las que no deben estar sin omitir en esto diligencia alguna (6). Las gestiones del Cabildo Municipal no dieron fruto y la puerta conserva las armas del Conde.

Las tres grandes puertas que se abrieron en el recinto abaluartado (Trinidad, Mérida y Pilar) no se ajustan a un modelo arquitectónico uniforme. De todas ellas la que presenta se ajusta al nuevo modelo de puerta es Puerta Pilar.



Fachada exterior



Vista lateral

La puerta se configura como un paso abovedado con dos fachadas. El vano de la fachada exterior se cierra con un arco de medio punto. Sobre la rosca del arco se levanta un cuerpo en el que se dispusieron los escudos del conde de Montijo y Carlos II. Flanqueando este cuerpo central se abren los huecos en los que se encastraban las palancas o flechas que levantaban el puente levadizo. Debemos señalar que es la única puerta de Badajoz que conserva evidencias de puente levadizo. A ambos lados de las jambas se dispusieron unos elementos salientes a modo de podio que parecen destinados a ser el soporte de sendas imágenes.

Con el paso del tiempo la portada exterior se fue cubriendo con multitud de graffitis. Algunos parecen obra de los soldados que hacían guardia en la puerta. Esta práctica era habitual y la hemos documentado en otras muchas puertas. Entre los graffitis destacan dos relojes de sol y una la inscripción que parece decir San Ignacio. Esta última la hemos incluido como graffiti ya que está realizada con minúsculas y su trazo es muy torpe. Ambas características son más propias de un graffiti que a una inscripción propiamente dicha. Es decir, parece la invocación de un devoto y no una inscripción que informase de la identidad de una imagen que supuestamente estaría sobre el podio.

El Conde y la ciudad mantuvieron una nueva polémica sobre la imagen que debía ocupar la capilla de la nueva puerta. El Conde volvió a imponerse otra vez ya que decidió que la capilla la ocupase una imagen de Nuestra Señora del Pilar a la que su esposa profesaba una especial devoción.

A pesar de las disputas el Conde invitó el Cabildo al asiento de la imagen de la Virgen en la capilla. En el Cabildo del día 20 de marzo de 1692 se leyó una carta del conde de Montijo en la que se pedía que la ciudad acudiera a la colocación de la imagen de Nuestra Señora del Pilar que se ha de poner en la puerta nueba de santa marina (7). Las autoridades aceptaron la invitación en un primer momento pero pronto surgieron disputas con el protocolo y las Autoridades Municipales optaron por excusar su presencia (8).

En la Continuación de la Historia Eclesiástica de la Ciudad y Obispado de Badajoz se nos informa de los actos que se oficiaron para dar más realce al evento. El 8 de abril, acabadas las horas, el obispo celebró la misa. A ella acudieron el Conde y una multitud de vecinos. El traslado de la imagen se efectuó la tarde del mismo día. Para este fin se formó

“…procesión general por el Campo de S. Francisco hasta la puerta del Pilar donde se colocó su capilla; la procesión se retiró y vino a la Iglesia por la Calle del Colegio. El Conde quedó muy agradecido, y la Puerta con el nombre de Nª. Sª. del Pilar. Es grande la devoción que se tiene con esta Señora…” (9)

Como testimonio de este acto se colocaron dos inscripciones en la fachada interior de la puerta.




La primera de ellas dice:

“La devoción fervorosa del Excelentisimo Señor conde de Montijo, Marques de Algava, Capitan General de esta provincia de Extremadura mandó colocar en esta puerta la santisima Imagen de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, celebrose su traslacion el dia tercero de Pascua de Resurreccion en la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad con gran solemnidad,celebrando de pontifical el ilustrisimo Señor don Juan Marin de Rodezno obispo de esta ciudad, hizose procesion general el mismo dia todo a mayor honra y gloria de Dios y su Santisima Madre. año de 1692”





La segunda inscripción dice:

“Concedio el ilustrisimo don Juan Marin de Rodezno Obispo de Badajoz cuarenta dias de indulgencias a todas las personas que rezaren una salve delante de esta imagen de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, desde el dia de la festividad de su colocacion a ruego del Excelentisimo Señor Conde de Montijo, Marques de Algava capitan general de esta frontera y provincia de Extremadura”

Javier Teijeiro y Álvaro Meléndez han estudiado la capilla de Nuestra Señora del Pilar y consideran que la capilla y la puerta se levantaron al mismo tiempo (10). Esta hipótesis es la que se expone en la Continuación de la historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz de Juan Solano de Figueroa y Altamirano y nos parece la más acertada. El autor de esta obra señala que en 1692 el conde de Montijo terminó Puerta Pilar y dispuso encima del cañón una capilla para Nuestra Señora del Pilar (11). La capilla puede verse en el proyecto de reforma que realizó en 1736 el ingeniero Juan de Subreville (12).

La imagen de Nuestra Señora del Pilar fue retirada el 8 de julio de 1761 y trasladada a la parroquia de San Andrés. Leonardo Hernández Tolosa añade que esta medida fue ordenada para evitar disturbios de inmunidad eclesiastica (13). Según Tejada Vizuete, la escultura policroma de la Virgen del Pilar es bastante anterior al año 1692 aunque se dispusiera en su capilla en esa fecha (14).

La capilla y la imagen fueron trascendentales pues acabaron dando nombre a una puerta que se conoció primero como puerta nueva de Santa Marina. Así en el Cabildo Municipal del día 30 de enero de 1695 ya se la identifica como Puerta del Pilar (15).

Con el paso del tiempo se convirtió en una de las puertas más importantes de Badajoz. Hemos de tener presente que era la salida hacia el Sur y además comunicaba al recinto principal de la Plaza con el fuerte de Pardaleras.

El 16 de enero de 1730 el Capitán General informaba a las autoridades municipales de que el paso exterior de la puerta estaba impracticable y solicitaba la reparación del mismo pues era fundamental para comunicarse con el fuerte de Pardaleras y también para el comercio. Se acordó realizar las reformas necesarias y sacar a concurso las obras (16). El día 1 de junio se vio la cuenta del empedrado de la calzada de la Puerta del Pilar que había ascendido a 925 rs. y 23 mrs. (17). Poco después se efectuaron nuevas obras en el camino que unía las puertas del Pilar y Trinidad. En efecto, el 2 de abril de 1731 se informó que en el tramo del camino que se encontraba frente a los hornos caleros se había formado un gran socavón (18). El 9 de septiembre de 1731 el Cabildo Municipal fue informado que había un gran atolladar en las inmediaciones de la Puerta del Pilar por lo que fue necesario construir nuevas calzadas para salvar este obstáculo (19). Las obras también afectaron al puente de la puerta (1739) (20).

Con motivo de la Guerra de la Independencia tuvo un papel muy señalado ya que era la puerta que comunicaba con el fuerte de Pardaleras. Cuando el fuerte cayó en manos de los franceses la puerta se tapió y se terraplenó su bóveda de modo que sólo quedó abierto un pequeño paso para poder salir por su postigo.

Para seguir la evolución de la puerta resultan interesantísimas las postales de Badajoz de los años 1832 y 1833. Gracias a ellas sabemos que durante un tiempo la calzada de la puerta fue recrecida y sobre todo podemos visualizar los elementos que remataban la fachada y que no han llegado hasta nosotros (esferas de piedra, semicrecientes, etc). La cornisa que remata el pedestal izquierdo fue destruida y la que ha llegado a nosotros es una reconstrucción. Es posible que esta circunstancia nos impida conocer si en este punto había otra inscripción como la que hemos citado en el remate del pedestal de la derecha.




NOTAS



1.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 26 de enero de 1691, fol. 14.
2.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 8 de febrero de 1691, fol. 16v.
3.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 19 de febrero de 1691, fol. 19.
4.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 9 de agosto de 1691, fol. 67.
5.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 4 de diciembre de 1692, fol. 121v.
6.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 28 de junio de 1698, fol. 94.
7.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 20 de marzo de 1692, fol. 35.
8.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 7 de abril de 1692, fol. 41v.
9.“Historia de Badajoz continuación de la de Juan Solano de Figueroa”, Revista de Estudios Extremeños, VIII-3, Badajoz, 1944, pág. 446.
10.TEIJEIRO FUENTES, J.: MELÉNDEZ TEODORO, A.: La fortificación abaluartada de Badajoz en los siglos XVII y XVIII, op. cit., pp. 174-175.
11.TEIJEIRO FUENTES, J.: MELÉNDEZ TEODORO, A.: La fortificación abaluartada de Badajoz en los siglos XVII y XVIII, op. cit., pág. 175 (not. 4).
12.Los proyectos se pueden consultar en CRUZ VILLALÓN, M.: Badajoz. Ciudad amurallada, Junta de Extremadura, Badajoz, 1999, pp. 74-75; TEIJEIRO FUENTES, J.: MELÉNDEZ TEODORO, A.: La fortificación abaluartada de Badajoz en los siglos XVII y XVIII, op. cit., 172-175.
13.HERNÁNDEZ TOLOSA, L.: Libro de noticias, trascripción y notas de Carmelo Solís, Real Academia de Extremadura, Trujillo, 1992, pág. 23.
14.SOLÍS RODRÍGUEZ, C.; TEJADA VIZUETE, F.: Diócesis y catedral pacense. De los orígenes medievales al siglo XVI, Tecnigraf, Badajoz, 1999, pág. 48.
15.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 30 de enero de 1695, fol. 7.
16.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 16 de enero de 1730, ff. 8v-7.
17.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 1 de junio de 1730, fol. 82v.
18.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 2 de abril de 1731, ff. 49v-50.
19.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 9 de septiembre de 1731, fol. 173.
20.El 14 de diciembre de 1739 el Capitán General de Extremadura y el ingeniero Juan Bautista Mac Evan informaron al Cabildo Municipal de las reparaciones que habían de realizarse en los puentes provisionales de las Puertas del Pilar y Trinidad (A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 14 de diciembre de 1739, ff. 130-131).
 
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