Dulce navideño de Murcia: la receta que te hará triunfar estas fiestas
La Navidad es el momento perfecto para disfrutar de los dulces más tradicionales. Desde Murcia llega una propuesta deliciosa que guarda siglos de historia y sabor
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La llegada de la Navidad trae consigo un abanico de sabores que evocan tradición y familia. Esta época se convierte en la excusa ideal para rescatar dulces típicos que han perdurado a lo largo de los años, convirtiéndose en protagonistas de nuestras mesas. En cada región de España, estas elaboraciones adquieren un carácter único, y en Murcia destaca un dulce con una historia fascinante y un sabor único que no deja indiferente a nadie.
Este dulce no es otro que el alfajor murciano, un producto cuya tradición se remonta a siglos atrás y que se ha convertido en un símbolo de las fiestas en la región. Originario de la influencia árabe en la península, el alfajor destaca por su mezcla de miel, frutos secos y especias, elementos que se combinan para ofrecer un sabor auténtico y lleno de matices. Aunque se encuentra en toda la Región de Murcia, es especialmente popular en la zona de Caravaca de la Cruz, donde se considera un emblema gastronómico.
La historia del alfajor murciano se remonta al periodo de ocupación musulmana, cuando este tipo de dulces especiados comenzó a consolidarse como parte de la cocina local. Su nombre, derivado del término árabe hispano al-hasú ("relleno"), nos conecta directamente con sus raíces multiculturales. En Caravaca, además, la tradición de envolver el dulce en obleas le otorga un toque distintivo, haciendo que su preparación sea un legado familiar que muchas personas conservan hasta hoy.
Receta del alfajor murciano
Estos son los ingredientes necesarios para preparar el alfajor murciano según la receta que os proponemos, aunque algunos elementos pueden variar según la zona de la Región o la tradición de quien lo prepare:
- 250 g de miel (preferiblemente de romero)
- 150 g de azúcar
- 200 g de almendras tostadas y molidas
- 50 g de avellanas tostadas y molidas
- 100 g de pan rallado o harina tostada
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de clavo molido
- 1/2 cucharadita de anís molido
- Ralladura de 1 limón
- 1 o 2 gotas de aceite de bergamota (opcional como toque especial)
- Obleas para envolver (opcional)
La elaboración comienza tostando ligeramente la harina si optamos por usarla en lugar de pan rallado. Este paso es esencial para que el alfajor adquiera su textura característica y un sabor más intenso. Asimismo, las almendras y avellanas deben tostarse antes de ser molidas, un detalle clave que potencia su aroma y sabor. Puedes hacerlo en el horno a 180 °C durante 8-10 minutos o en una sartén a fuego medio, removiendo constantemente.
Por otro lado, la miel debe hervirse tres veces antes de integrarla con el resto de ingredientes. Este proceso tradicional permite purificar la miel y concentrar su sabor, eliminando impurezas y mejorando su textura para el alfajor. Una vez hervida, se añade el azúcar y se calienta a fuego lento hasta que ambos ingredientes se disuelvan completamente, formando un almíbar espeso pero manejable. Si decides usar aceite de bergamota, que le dará un sabor más intenso, puedes añadirlo en este momento para que su aroma se integre en la mezcla.
A continuación, se incorporan las almendras y avellanas molidas junto con la ralladura de limón y las especias: canela, clavo y anís. Es importante mezclar bien para que todos los ingredientes queden uniformemente repartidos, lo que garantizará el equilibrio de sabores. Después, se añade el pan rallado o la harina tostada poco a poco, removiendo constantemente para evitar grumos. La mezcla debe quedar lo suficientemente firme como para moldearla, pero sin perder su elasticidad.
Finalmente, con la masa aún templada, se forman cilindros o rectángulos según la tradición local, y si se desea, se envuelven en obleas para darles el toque clásico murciano. Existe cierto truco casero, por cierto, que consiste en humedecerse las manos con un poco de anís al dar forma a la masa, para así manipularla mejor. Tras dejar reposar el dulce durante un par de días, estará listo para degustar. Este tiempo es clave para que los sabores se asienten y adquieran su intensidad característica.
El alfajor murciano es más que un postre; es un legado culinario que ha sabido perdurar a lo largo de los siglos, llevando consigo los aromas y sabores de una historia que conecta culturas y generaciones. Ideal para disfrutar en familia, este dulce se ha convertido en un imprescindible de la Navidad murciana.
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La llegada de la Navidad trae consigo un abanico de sabores que evocan tradición y familia. Esta época se convierte en la excusa ideal para rescatar dulces típicos que han perdurado a lo largo de los años, convirtiéndose en protagonistas de nuestras mesas. En cada región de España, estas elaboraciones adquieren un carácter único, y en Murcia destaca un dulce con una historia fascinante y un sabor único que no deja indiferente a nadie.
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