El Ibex se apunta al 'boom' de las cafeterías: Inditex es el último en sumarse con Zacaffé

El café está de moda. Las empresas del Ibex lo saben y no están dispuestas a dejar pasar la oportunidad. La última en sumarse a esta tendencia ha sido Inditex, que este viernes inauguró en Madrid una nueva línea de cafeterías de Zara, llamada Zacaffé. Se une así a otras grandes compañías, como Santander o Telefónica, aunque cada una de ellas tiene sus propias razones para incursionar en el mundo de la restauración y apostar por colocar en sus tiendas negocios de este tipo.

El motivo económico no es el único que mueve a Inditex. El gigante textil no espera conseguir grandes cifras de facturación con Zacaffé y tampoco lo necesita para seguir engordando su cuenta de resultados. Desde hace un tiempo, está centrado en mejorar la experiencia de los clientes en sus tiendas, y esta nueva iniciativa se encuadra más en ese propósito. Quieren ser más modernos y diferenciarse de la competencia, intentando que sus establecimientos sean lugares de encuentro.

Aunque a nadie se le escapa que cuanto más tiempo pasa un cliente en una tienda, más oportunidades de venta se generan, parece que Inditex no busca perseguir esta máxima del retail con Zacaffé. Su primera cafetería, que se encuentra en la tienda Zara Man de la calle Hermosilla, en la exclusiva zona de Serrano, cuenta con entrada independiente para acceder desde la calle. Es decir, que se puede pedir un café sin mirar ni una sola prenda de ropa.

Sin embargo, es absurdo pensar que una gran compañía se lance al negocio de las cafeterías sin esperar un retorno económico, por pequeño que sea. En Inditex confían en que este negocio sea próspero y ya planean abrir decenas de establecimientos por todo el mundo, ubicados en zonas muy concretas. Ya se sabe que las próximas aperturas serán en Tokio (Japón) y Seúl (Corea del Sur) a lo largo de 2025. También venderán tazas y camisetas con merchandising de las ciudades, al estilo de Hard Rock.

Su primera cafetería, que se encuentra en la tienda Zara Man de la calle Hermosilla, cuenta con entrada para acceder desde la calle

Esta no es la primera incursión que hace Inditex en el mundo del café, aunque hasta ahora habían sido proyectos efímeros o muy localizados. Por ejemplo, tiene negocios instalados en locales de Dubái, Lisboa o París, aunque de forma ajena a la marca Zacaffé. También en algunos Massimo Dutti ubicados en ciudades españolas como Madrid, Barcelona o A Coruña.

Este modelo de negocio de Inditex difiere bastante del que lleva a cabo Banco Santander con su concepto Work Café Santander. La entidad cántabra tiene repartidas por toda España sucursales en las que ofrece café gratis a cualquiera que vaya allí a teletrabajar. Es la manera que ha encontrado para volver a llenar sus oficinas, que se encuentran infrautilizadas desde que digitalizó prácticamente todos los servicios que ofrece.

Este modelo de negocio de Inditex difiere bastante del que lleva a cabo Banco Santander con su concepto Work Café Santander

Si el café no es el negocio, ¿por qué una empresa del tamaño del Santander decide abrir cafeterías? "Lo crean para atraer a esa gente que está montando empresas, a consultores que les han despedido y se han montado una pequeña pyme, que necesitan una cuenta bancaria o financiación para impulsar sus negocios", explica el consejero delegado de la consultora especializada en retail Pangea Retail, Jordi Farré.

Por lo tanto, como a los bancos ya no acude casi nadie de forma presencial, buscan atraer a potenciales clientes de un determinado perfil para aprovechar esas estructuras inmobiliarias que ya tienen funcionando y que son totalmente deficitarias desde el punto de vista del comercio a pie de calle. De hecho, si no fuese un banco, posiblemente muchos de esos locales se encontrarían cerrados o traspasados.

En Telefónica también buscan explotar el teletrabajo. Por el momento, únicamente cuenta con una cafetería en su icónica tienda de Gran Vía, que ha recibido recientemente un lavado de cara. Además, es una forma de mejorar la experiencia del cliente, ya que en ese espacio cuentan con otros servicios como una pequeña sala de cine, un plató de televisión, dos estudios de grabación de contenidos en streaming o un espacio para videojuegos.

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J. M.

Más allá de los motivos que muevan a cada uno, lo que se busca es una mejora del negocio, por pequeña que sea. Si no terminan de funcionar, lo más seguro es que den marcha atrás. Así sucedió con las peluquerías, que fueron las primeras en sumarse al boom del café. Igual que el Santander, muchas de ellas lo ofrecían gratis, sobre todo en Madrid y Barcelona, pero se dieron cuenta de que no les resultaba rentable y no lo han vuelto a replicar.

"Solo te puedes cortar el pelo una vez, por lo que no voy a generar otras oportunidades de venta aunque te haya dado un café", explica Farré. Intentaban usarlo como una forma de diferenciarse, una manera de atraer público, pero se dieron cuenta de que lo que lograban era que los clientes se quedaran en la peluquería y no consumieran más. Además, el ticket medio de una peluquería es relativamente bajo y menos rentable que el de una tienda de ropa o una de tecnología.

La teoría de Farré es que las grandes empresas se sumergen en este negocio por la pirámide poblacional española, que ha cambiado enormemente en los últimos quince años. Señala que el grueso de la sociedad "no está en los jóvenes, está en las personas de 45 años". Esas personas ya no buscan lo más barato, sino que ahora se pueden permitir productos caros y ciertos caprichos, como un café por cuatro euros, porque tienen un trabajo estable y ahorros.