¿Cómo se pueden diseñar plazas públicas que den cabida a diversos grupos de usuarios?

Contar con opciones lúdicas y recreativas para todas las edades, cada día las familias buscan espacios de ocio y de esparcimiento

La regla más básica es conocer la zona. Debemos obtener información de los usuarios habituales, administraciones publicas, comercios y asociaciones de vecinos. Y una vez analizada la información recibida, hacer trabajo de campo, cotejar los datos y sacar nuestras propias conclusiones en base a los parámetros que nos hayamos establecido.

Y dentro de esa definición de funciones la consideración del usuario como protagonista de dicho espacio debe ser algo preferente. Un protagonismo desde la diversidad que conlleva la hetereogeneidad de la población en cuanto costumbres, cultura, deseos, necesidades, capacidades... Porque solamente considerando la diversidad en la definición de esas funciones (jugar, descansar, mirar, esperar...) lograremos un diseño que sea realmente para todas las personas.

En los últimos años hemos podido comprobar como la flexibilidad del espacio público ha sido clave para su éxito. Los proyectos con un programa de usos múltiples, pero que conviven en un espacio compartido y se usan de forma coordinada han demostrado que se han adaptado mucho mejor a las necesidades actuales del espacio público, mientras que los espacio rígidos y poco funcionales han pasado a un segundo plano.

Los principales condicionantes son: Requerimientos técnicos (durabilidad, seguridad y mantenimiento) Diseño estético que aporte una imagen reconocible y acorde al resto del proyecto. Gran importancia del color, su comportamiento ante el sol y otros factores. Accesibilidad de todo el conjunto del proyecto, como mínimo cumplir la normativa y siempre que se pueda mejorarla. Materiales duraderos, de mínimo mantenimiento, reciclables y si es posible, de proximidad.

Debemos tener en cuenta el programa de usos, los diferentes colectivos que van a convivir en el espacio y poder ofrecerles un diseño que les haga sentirse parte del proyecto, que se identifiquen con el espacio, que ayude a crear vida en comunidad y de esta forma se convierta en un lugar/hogar. Debemos respetar el entorno, elegir muy bien la escala de los elementos, del mobiliario, luminarias y vegetación.

El crear espacios de estimulación sensoria, islas de biodiversidad, zonas que fomenten el desarrollo de actividades culturales o biosaludables siempre es positivo, pero el proyecto será aún más completo si además hacemos que sea lo más accesible posible, no solo a personas con discapacidad, si no que también debemos pensar en niños, ancianos y otros colectivos que deben sentirse seguros para que su experiencia en el espacio publico sea confortable.