#18 – La Autoestima NO Existe
Que debemos tener una autoestima alta es una idea sobre la que la mayoría estaremos de acuerdo. Lo que no está nada claro es el camino para conseguirlo.
Creo que todos compartimos una vaga idea de lo que es la autoestima. Podría ser algo así como el nivel de confianza y aprecio que tienes hacia ti mismo, cómo te valoras y cuánto te aceptas tal y como eres.
Sin embargo, estar descontentos con algún aspecto de lo que eres supone una motivación importante para esforzarte en mejorarlo. ¿Entonces qué haces? ¿Te aceptas o te odias lo suficiente como para asumir el sacrificio necesario para mejorar?
Al menos yo no lo veía nada claro.
En muchos momentos he sabido que me sentía mal, que me sentía pequeño ante los retos que me estaba poniendo la vida por delante. Y los caminos que estaba tratando de recorrer para mejorar mi situación no parecían llegar a ninguna parte.
Por eso recuerdo de forma tan clara la primera vez que di con una forma de entender la autoestima que me resultó útil de verdad, En el libro 12 reglas para vivir, de Jordan B. Peterson.
Partiendo desde la psicología de la personalidad llega a una definición alternativa que puede resultar desagradable, pero desde luego es práctica.
La psicometría es una rama de la psicología que se enfoca en la medición de las características psicológicas de las personas, como la inteligencia, o la personalidad. Desarrollan metodologías que permiten medir estas variables de forma confiable.
Un buen ejemplo son los tests de personalidad. Se basan en un modelo que descompone la personalidad humana en sus rasgos principales y el resultado del test te dice en qué parte del rango te encuentras en cada rasgo de la personalidad. Yo los he hecho y es como si te hicieran una radiografía, y estos resultados bien interpretados por un experto pueden derivar en estrategias muy potentes para tu desarrollo personal.
Según el modelo de los Big 5 Personality Traits, el Neuroticismo es el rasgo de personalidad que te da información sobre cómo percibes las emociones negativas ante amenazas inmediatas o futuras.
Cuando se nos presenta un reto, de algún modo nos calibramos a nosotros mismos para ver si somos capaces de superarlo, y cuando tenemos la autoestima baja tendemos a pensar que tenemos pocas posibilidades de superar ese reto. En nuestra cabeza el monstruo se hace tan grande que no confiamos en que lo podamos derrotar con nuestras armas.
Por suerte o por desgracia, desde que nacemos tenemos un perfil de personalidad concreto. Esto implica que hay personas que naturalmente toleran peor el riesgo porque les genera respuestas emocionales negativas más fuertes y difíciles de gestionar.
La parte positiva es que, aunque estemos genéticamente predispuestos, nuestra personalidad no es estática. Tenemos margen de maniobra para evolucionar. Por ejemplo, a medida que envejecemos disminuye nuestra sensibilidad a la emoción negativa. Se nos hace la piel más dura, y no por casualidad. La vida nos va dejando cicatrices que nos recuerda que ya hemos vencido a unos cuantos monstruos. Esto hace que aumente nuestra seguridad de que cuando nos toque luchar de nuevo volveremos a quedar en pie.
Aquí está la clave del asunto.
Exponernos continuamente a desafíos con un nivel de dificultad lo suficientemente alto como para que nos suponga un esfuerzo real, pero al mismo tiempo que sea lo suficientemente asequible como para que no nos vengamos abajo.
De cada reto superado obtendremos un aprendizaje y saldremos mejor armados psicológicamente para afrontar el siguiente.
Por eso no debemos desligar la autoestima de los méritos, porque corremos el riesgo de hacernos emocionalmente frágiles e incapaces de afrontar las dificultades.
Ya te he contado en otros artículos que mis comienzos en el mercado laboral fueron duros y tuve que digerir valoraciones negativas y bastante duras en mis primeras prácticas que arrastré durante mucho tiempo.
Ese “fracaso” temprano me hizo sentirme muy pequeño frente al enorme desafío de rendir a un nivel alto en un trabajo sin perder la salud mental en el intento. He sido muy duro conmigo y he tenido que al síndrome del impostor como compañero de viaje durante muchos años.
Lo que me ayudó realmente a sentirme cada vez más grande ante los desafíos laborales fue un cambio de trabajo acertado donde pude empezar de cero y acumulé buenos resultados en los proyectos en los que estaba involucrado. Mi buen desempeño sostenido dio confianza a mis jefes para darme más responsabilidades y encadenar esos pequeños triunfos me llenó de confianza para aceptarlas sabiendo que lo haría bien.
Por lo tanto, tener una “autoestima alta” no debería ser un fin, sino la consecuencia de enfrentar desafíos, asumir responsabilidades y hacerte competente en diferentes áreas de la vida.
Así de simple y así de duro.
Es importante que evaluemos e identifiquemos nuestras insuficiencias, pero no debemos machacarnos por ellas. Aquí entra en juego la calidad del diálogo que tienes contigo mismo. Cuando estás en una mala posición lo que realmente sirve es trazar un plan, ejecutarlo y ver hasta dónde te lleva. El auto-odio por no ser lo que esperas de ti mismo solo te enturbia la mente y te pone un peso encima que a veces es muy difícil de soportar.
Dicho esto, una cosa es tener un diálogo positivo contigo mismo, y otra muy distinta es generarte un falso empoderamiento sin haber puesto el trabajo necesario, hasta el punto de llegar a reclamar que te mereces algo que no te has ganado.
Habrá momentos en los que te sientas demasiado pequeño, pero cada día te presentará pequeños desafíos que sí estás preparado para afrontar y superar, y ese aprendizaje te preparará para lo siguiente, que será un poquito más difícil.
Elige tu desafío.
Y no pares de hacerlo hasta que puedas mirar de tú a tú a esa gente admiras porque está afrontando retos que hoy te parecen inalcanzable.
Security Specialist en TUI Musement
2moInteresante Mike! Cuando hablas de "cuando se nos presenta un reto", me lleva a preguntarme como valoramos cada uno que un reto es un reto? Me explico, en mi caso en esa calibración inicial no soy consciente de que me va a suponer un reto hasta que me doy cuenta de los problemas y complejidades que tengo para encontrar una solución una vez que estoy metido...es cuando me doy cuenta de que va a suponer un reto, pero no sin estar ya afrontandolo 😅
Responsable nacional de ventas en Aplimet.
3moMuy de acuerdo, la autoestima es el resultado de tus fracasos y éxitos y de cómo los has gestionado, aceptado e incorporado a tu forma de actuar.
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3moYo no comparto mucho el término de autoestima. Lo que dice es que necesitamos tener una 'valoración positiva' de nosotros mismos. Pero cómo va a quererse uno mismo si siente que nada en su vida funciona. Se acaba de separar, no se lleva bien con sus hijos, le han despedido, no tiene una red social sólida en las que apoyarse, etc. Y decirle a alguien en un momento así, "es que tienes que trabajar tu estima y quererte..." Creo que perseguir la responsabilidad personal, una moral férrea basada en principios nobles y perseguir ser útil para los demás, es una mejor vía. Gracias por la reflexión. Un saludo, Miguel.