Cómo Pericles puede hacer que los demás te escuchen

Atenas, siglo V ac, Esparta, junto con sus aliados del Peloponeso había lanzado un ultimatum a la ciudad y en el caso de no aceptar las condiciones que le pedían irían a la guerra.

Una situación difícil.

Esparta, era la cabeza de una serie de ciudad oligarcas y Atenas, la de las ciudades democráticas.

La liga del Peloponeso era muy fuerte en aspectos bélicos. Atenas, por su parte, además de ser la potencia comercial también tenía un ejército muy poderoso, aunque una guerra podría suponer una debacle para todos.

Se convocó a la Asamblea ateniense para debatir sobre el ultimatum recibido. Cerca de 10.000 varones se reunieron al amanecer.

Había posturas contrapuestas:

• Algunos abogaban porque Atenas demostrara su poderío y arrasara Esparta
• Otros les temían y preferían aceptar el ultimatum, que tampoco era nada extraordinario
• También estaban quienes creían que se podía seguir negociando.

Estaban ya en la media tarde y con el Sol cerca de ponerse y las discusiones eran cada vez más fuertes. El bullicio era tremendo. Incluso comenzaba a haber alguna pelea.

De pronto, todos callaron. Pericles, que era ya un sesentón y que había permanecido en una esquina, sin participar, se acercó lentamente a un lugar elevado para hablar.

Silencio. Hubo Calma. Pericles habló y expuso su opinión. Su postura fue la decisión que tomó la Asamblea.

Lo que dijo no es lo interesante aquí.

(por cierto si te has quedado con las ganas puedes buscarlo porque es un hecho histórico)

Lo interesante es darse cuenta de que

hay personas que cuando hablan, los demás callan y escuchan.

Cejan en sus disputas y cuitas y atienden y aceptan la opinión de esas personas influyentes.

A poco que seas observador lo verás en muchos lugares.

Empresas en donde al jefe se le discute, pero hay una persona a la que no. Y eso que, en principio, no manda.

Entornos en los que cuando alguien habla, otros callan.

Reuniones en las que cuando hay una pregunta incómoda que alguien tiene que responder por parte de la empresa, las personas en vez de mirar al jefe miran a otro asistente.

¿Qué tienen esas personas?

Autoridad personal

Pueden tener o no poder formal, pero lo que tienen es influencia y mucha.

Hay jefes de departamento a los que sus colaboradores no hacen mucho caso, a otros les respetan y hacen lo que les pide.

Hay vendedores a los que los compradores no toman en serio. Cuando otros hablan, el cliente asiente con la cabeza.

¿Adivinas quienes tienen mejores resultados comerciales?

La diferencia entre las personas con esa presencia y las que no la tienen es importante.

Podemos pensar que hay que nacer con ello.

También podemos pensar que se puede desarrollar.

Yo soy de los segundos. De hecho, tengo detallados 15 aspectos que si los trabajas aumenta de manera importante tu capacidad de influir.

La reflexión personal que podemos hacer para nuestros adentros es: ¿en qué tendría que mejorar yo para tener mayor influencia en los demás y que me escucharan?

¿Me podrías decir cuales son para ti los aspectos que esas personas a las que escuchamos tienen mejor que otras?

Compartiré los 15 aspectos con quienes aporten los suyos

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