Descifrando los niveles invisibles de la comunicación
En el mundo empresarial actual, los líderes nos enfrentamos al desafío constante de conectarnos de manera efectiva con los miembros de nuestros equipos.
Esto sucede, porque a menudo solo vemos la punta del iceberg en nuestras interacciones diarias, dejando sin explorar las profundidades de las verdaderas motivaciones, emociones y pensamientos de nuestros colaboradores.
El iceberg de la comunicación
Tomando como referencia la métafora del iceberg de la comunicación nos ayuda a visualizar cómo gran parte de la información relevante en una interacción permanece oculta bajo la superficie.
Solo una pequeña fracción de lo que pensamos y sentimos se expresa abiertamente, siendo ésta la punta del iceberg. Sin embargo, para los líderes, nos es crucial desarrollar la habilidad de explorar las profundidades del iceberg y comprender mejor a las personas que nos rodean.
Los estudios de Chris Argyris
Chris Argyris, un destacado teórico organizacional, estudió cómo los equipos a menudo caen en rutinas defensivas que impiden una comunicación abierta y honesta. Estas rutinas defensivas, como el callar ciertos temas o evitar conflictos, crean barreras que dificultan la exploración del iceberg.
Argyris descubrió que muchas veces, los miembros del equipo callan información importante por miedo a las repercusiones o por falta de confianza en el entorno laboral; lo que lleva a que las personas del equipo tienden a callar más cosas de las que dicen.
Las personas tienden a mantenerse calladas para evitar conflictos o desafíos a la autoridad. Esto puede llevar a una falta de innovación y a la perpetuación de prácticas ineficaces.
Esto se debe a varios factores, incluyendo la cultura organizacional, la estructura de poder y la falta de un entorno seguro para compartir ideas.
Situaciones habituales
Las situaciones que observo con mayor frecuencia durante el desarrollo de nuestros programas de intervención en las organizaciones y que son blanco para trabajar con ellas para superarlas son las siguientes:
1. Callo por que no son recibidas mis ideas:
Imaginemos una situación en la que un miembro del equipo tiene una idea innovadora, pero teme compartirla porque en el pasado sus sugerencias no fueron bien recibidas. Esta persona decide callar, y como resultado, la organización pierde una oportunidad valiosa para mejorar. Este patrón es común y puede ser perjudicial para el crecimiento y la innovación.
2. Callo un problema de calidad por temor a ser regañado:
En una fábrica, un operario detecta un defecto en la línea de producción. Sabe que reportar el problema podría retrasar la producción y teme ser regañado por su superior. Por miedo a las represalias, decide no decir nada y deja que los productos defectuosos continúen en la línea. Esto resulta en una serie de productos defectuosos que llegan a los clientes, dañando la reputación de la empresa y generando costos adicionales para corregir el problema.
3. Callo por miedo a represalias:
En una empresa, un empleado observa que su superior está manipulando datos para mejorar los resultados de su departamento. Aunque esto va en contra de los valores de integridad y transparencia de la empresa, el empleado teme que reportar la situación podría llevar a represalias o incluso a perder su trabajo. Decide callar y no informar a sus superiores. Esta falta de acción permite que la conducta deshonesta continúe, afectando la moral del equipo y la credibilidad de la empresa.
Estas situaciones muestran cómo el temor a las represalias puede llevar a las personas a callar problemas importantes, lo que puede tener consecuencias graves para la organización. Es crucial fomentar una cultura de apertura y confianza donde los empleados se sientan seguros para hablar y reportar problemas sin miedo a represalias.
¿Qué hacer para romper estas rutinas defensivas?
Para superar estas barreras y romper las rutinas en las que está inmerso un equipo, puedes seguir estas cinco recomendaciones que te doy:
Beneficios de romper las rutinas defensivas
Al implementar estas prácticas, los líderes podemos romper las rutinas defensivas y explorar las profundidades del iceberg de la comunicación. Esto no solo mejora la conexión con el equipo, sino que también impulsa la innovación, la colaboración y el éxito organizacional.
1.Calidad de la comunicación: En equipos con alta frecuencia de comunicación abierta, se observó un 30% más de intercambio de ideas y sugerencias en comparación con equipos con baja comunicación. (1)
2.Entorno de confianza: En organizaciones donde se promueve un entorno de confianza y apertura, se reportó un aumento del 25% en la participación activa de los miembros del equipo. (1)
3.Impacto en el rendimiento: Los equipos que implementaron prácticas de aprendizaje organizacional y reflexión constante mostraron un aumento del 20% en su rendimiento general y una reducción del 15% en la rotación de personal. (1)
Conclusión:
El crear un entorno donde las personas se sienta seguras para expresar sus ideas y cuestionar las normas existentes, permite a las organizaciones fomentar un aprendizaje continuo y una mejora constante. El paradigma actual de colaboración requiere equipos de trabajo unidos a partir de la confianza en vez del control, que es la ausencia de confianza, es decir: miedo.
(1) Fuente: The Encyclopaedia of Pedagogy and Informal Education
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1moCompletamente de acuerdo Mario, la COMUNICACIÓN es esencial. El muro de poder decir, no sé,me equivoqué, no entendí, me apoyas?, en muchos casos lo ven como un signo de debilidad y se quedan callados lo que implica consecuencias que abosorben mayor tiempo a que si lo hubieramos comunicado a tiempo. Eso solo se elimina como indicas promoviendo la confianza y transparencia por parte de todos. Sin una correcta comunicación es dificil llegar a la misma meta.