El marketing y la publicidad del siglo XXI vistos más allá de lo evidente
Durante los años 80’s, 90’s y parte de la primera década del siglo XXI, las #AgenciasDePublicidad tuvieron mucho auge y estaban rodeadas de un aura de talento, creatividad y de un glamour casi místico, gracias a que sus “creativos” desarrollaban campañas buscando #ideas o #conceptoscreativos que rodearan a la marcas de una imagen llena de componentes extrínsecos que no sustentaban la realidad al interior de las empresas que estaban detrás de ellas, esto, sumado a que los #MediosDeComunicación tradicionales no daban cabida a anunciarse si la publicidad no se gestionaba a través de las agencias.
A finales de los 90’s y durante el primer lustro del siglo XXI, con el despunte del Internet vino la democratización de los medios y las primeras #RedesSociales: Facebook, 2004; YouTube, 2005 y Twitter en 2006; y luego, la cereza del pastel la puso en 2007 Steve Jobs al lanzar el primer #iPhone, cuyas características y atributos permitían conectarse a internet y generar contenido audiovisual gracias a su cámara fotográfica que contaba con una mejor resolución y que a la vez permitía grabar video; a estos dispositivos, se le sumaron además las #Apps móviles de las principales #RedesSociales las cuales, permitían difundir los contenidos de forma fácil, sin contar con la intermediación de una laptop o computadora de escritorio.
A partir de ahí todo cambio, las compañías que venían desarrollando dispositivos móviles desde la década de los 90’s, dieron el salto, no querían quedarse atrás de #Apple y su #iPhone y comenzaron ellos también a desarrollar sus propios dispositivos móviles inteligentes.
Las #AgenciasDePublicidad no quedarían sin verse afectadas también, las #RRSS a finales de la primera década del siglo XXI, comenzaron a permitir gestionar publicidad dentro de ellas de una forma totalmente diferente, permitiendo, además de geosegmentar los mensajes, hablar y comentar no solo de los productos y servicios y de los elementos extrínsecos de las marcas, sino también de los elementos intrínsecos de ellas y de las empresas que las representaban, y como era la experiencia del cliente al interactuar con ellas; los mensajes pasaron de ser uni-direccionales a convertirse en bi-direccionales, eso no significaba otra cosa que la forma de hacer marketing también había cambiado; y los usuarios, cada vez más informados, buscaban productos y servicios que conectaran con ellos, que les ofrecieran propuestas de valor tangibles, las cuales fueran contadas con las palabras que ellos mismos utilizaban.
Hubieron #AgenciasDePublicidad y empresas que vieron venir estos cambios y supieron dar el salto y aprovecharlos a su favor, pero la mayoría no lo hizo, y fue así como las mismas agencias y departamentos de marketing se fueron quedando obsoletos al no comprender ni poder subirse a esta nueva tendencia de hacer marketing y publicidad, y no pasaron de buscar "estrategias de comunicación y marketing" basadas únicamente en los mismos productos y servicios como tales, cuando lo que debían hacer era buscar ejes estratégicos que permitieran encontrar diferenciadores dentro de las mismas marcas que permitieran sustentar de manera tangible a través de cualquier esfuerzo de marketing para provocar y encantar a una nueva generación de clientes, consumidores y usuarios más educados e informados.
Frases tales como: “#MeGustaPeroNoMeEncanta”, “#NoMeHaceClick”, “#NoMeConvence”, “#HayAlgoQueNoMeGusta”, “#NoSéSiMeGusta”, “#MételeMásDiseño” fueron y son frases del caló que los “marketeros” de los 80’s fueron heredando a sus sucesores y que se decían y se siguen diciendo cuando no se tienen objetivos claros, cuando no se tiene idea de que son los KPI’s en una campaña de publicidad, ni saben como aplicarlos a medida una campaña está al aire, y no hasta que ha finalizado; y para variar...”Oooops, no funcionó la campaña” “Culpa de la agencia”, “Culpa de la campaña"
Hacer marketing y publicidad en el siglo XXI, ya no se trata solo de una idea o de un concepto creativo basado en crear analogías sobre un producto o un servicio, se trata de:
- Definir ejes estratégicos para la marca: Es decir que lo que yo digo, también lo puedo demostrar.
- Fijarse objetivos claros, que sean medibles y entendibles para todos.
- Fijarse momentos de medición durante la campaña se encuentre al aire, no hasta que la campaña ha finalizado y no se pueda hacer nada.
- Definir las palabras claves y las historias que voy a contar para que mis clientes o usuarios se sientan identificados.
- Definir los medios: Cuál es el punto de encuentro de la marca con sus clientes y usuarios. Y por último,
- Medir el retorno de la inversión (ROI) para medir los resultados y ver qué medios son los que mejor han funcionado.