FORGES ERA UN GENIO

Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad. (Antonio Fraguas, "Forges" 12/12/2012)

2023 fue, para mi, un año bastante catastrófico en lo personal y en lo profesional. 6 meses de inactividad "mandatory" (por una lesión) han ayudado a darme cuenta de que, sin saberlo, he vivido en una gran depresión durante los últimos 3 años. La terapia mental (al final, me decidí a dar el paso y ha sido de lo mejor que he hecho en mi vida) me ha servido, junto con la terapia física, para ser capaz de conocerme del todo, y no todo era tan bonito, tan resiliente o tan optimista como parecía.

Desempleo, hospital, recaída de la lesión...

Y de pronto te ves a ti mismo como ese pobre perro de juguete, Tristón, que necesitaba un amiguito

Anuncio: "TRISTÓN SOLO QUIERE UN AMIGUITO" (para los más jóvenes)

Después de que mi madre haya salido del hospital y ya se encuentre mejor, y que mis piernas puedan ir sujetando las rodillas poco a poco, es cuando te das cuenta de lo efímero del momento.

Del mal y del buen momento.

Tras varias noches intentando comprender el por qué de mi salida de la anterior compañía, me di cuenta de que no había sido por errores de desempeño, ni por hambre, ni por fallo estratégico, ni por falta de contactos, ni por conocimiento del producto... en 16 semanas, al fin y al cabo ( ha sido tan poco tiempo, que se puede medir como se hace con los bebés) es muy complicado poder generar absolutamente nada en un mercado IT, saturado de fabricantes con miles de productos y soluciones, la mayoría dignas y apropiadas para un determinado mercado objetivo, donde encontrar algo que te diferencie es de todo menos sencillo.

Y eso nos lleva al maldito síndrome del impostor. Suelo decir una frase en el terreno profesional, que los que me conocen bien ha escuchado muchas veces.

"Que no es que lo diga yo, que es lo que nos marca el sector"

Pues bien, tras salir de Fontech llegué a pensar que todo había sido culpa mía (un mes después tenía claro que la mediocridad general nos empujó al final acelerado). Tras salir de NFON, llegué a pensar que todo había sido culpa mía (un mes después tenía claro que la mediocridad focalizada en puestos clave nos empujó al final acelerado). Ahora, en cambio, al salir de mi última experiencia laboral, tengo claro que no ha sido culpa mía. Desde el segundo uno (la primera semana) dejé claro cómo había que hacer las cosas para que el proyecto saliese adelante. Pasaba por hacer las cosas de distinta manera, cambiando el modelo establecido y teniendo en cuenta que, métricas que pueden haber valido en otros mercados, no eran apropiadas para este. ¿Riesgo? por supuesto, ¿retorno? suficientemente rápido; pero chocaba frontalmente con estructuras arcaicas y modelos mal envejecidos, tanto estratégicos como tácticos.

Volviendo la vista atrás (NFON y Fon), te das cuenta de que siempre hay un punto donde las presuntas responsabilidades que te otorgan al contratarte, dejan de ser reales, y te ves bajo del foco de la incomprensión, de la falta de interés y, por qué no decirlo, la mediocridad. Tras muchos años desarrollando negocio fuera y dentro de la piel de toro, incluso reportando diariamente a CEOs de grandes multinacionales extranjeras, te das cuenta de que la mediocridad hispana que señalaba Forges, es bastante real. Mediocres rodeados de mediocres, que siempre dicen que sí, que nunca plantean dudas hacia el gran (o la gran) gurú/jefe/responsable, por miedo a "nosequé"... que de cara son todo sonrisa y parabienes, y por la espalda son 100% crítica y aversión. Personas mediocres, jefes mediocres, empleados mediocres, políticos mediocres (por ser amable). Que prefieren seguir dentro de un ambiente artificial y sin futuro ilusionante. Supongo que los principios de Peter y Dillbert siempre sobrevuelan...

Suelo decir esta frase muchas veces, y por desgracia, suelo acertar:

"Esto va a salir así,(bien o mal) y me encantaría equivocarme, pero no suelo")

• Dame gente que discuta mis opiniones y estrategias; dame gente que con argumentos me demuestre que estoy equivocado.
• Dame gente que se esfuerce en demostrar que tiene razón
• Dame gente con una visión opuesta a la mía, para mejorar en conjunto

Dame, en definitiva, gente que no quiera ser mediocre.

Está claro que un/a mediocre es un buen complemento, y tiene que haber mediocres por elección, en cada empresa. Uno de mis profesores de Teleco decía, con buen criterio, "no todo el mundo puede ser ingeniero", y tenía razón. Pero yo me quedo con esta frase, no de un modo clasista, sino práctico, de la misma manera que no todo el mundo puede ser fontanero, o contable, o trapecista o funcionario. La mediocridad no viene del empleo o profesión, viene de la poca gana de mejorar. Ser mejor persona, mejor profesional, mejor padre/madre, mejor empresari@ o deportista.

Yo me niego.

Tengo claro, ahora sí, que voy a seguir siendo el mismo que he sido durante estos más de 20 años de profesión. Ahora que me conozco mejor, más, si cabe. No van a poder conmigo, y esto seguro que hay muchísimas personas que merecen la pena. Para formar un gran equipo y sacar a cualquier empresa de la mediocridad y llevarla a la excelencia.

Me niego a ser mediocre, me niego a continuar en la senda de la mediocridad, me niego a no poder decir alto y claro, a mis jefes, qué algo está mal, como se puede mejorar o cómo se puede resolver algo, incluso si no les parece bien lo que digo. Y, por supuesto, que mis compañer@s de equipo me lo digan a mi. Estar arriba no significa tener razón siempre, sino que alguien confió en ti, por lo que sea, y te dio la oportunidad de ser excelente. La excelencia está dentro de cada uno, y en este país (al hilo del tema de la meritocracia que está tan en boga en este momento) no buscamos la excelencia general en ningún ámbito. Todo se hace de manera individual o dentro de pequeños colectivos, pero no hay una estrategia real de excelencia. La envidia, ese pecado capital que emponzoña la existencia ibérica, la "picardía" (el Buscón, Monipodio o el Lazarillo que nos meten desde que estudiamos en el colegio) o el "ande yo caliente", es la lacra real en la que vivimos sumergidos.

Esta es la realidad, y no verlo, quizá, significa que tu también, te estás hundiendo en esa mediocridad. Te estás convirtiendo en esos "hombres grises" que querían acabar con Momo.

O también puede ser, que el mediocre sea yo.

En cualquier caso, ahora se habla de Inteligencia Artificial, y lo que puede llegar a suponer la caída en la mediocridad media para todo tipo de comunicaciones, obras de arte, campañas, presentaciones, discursos, etc... debido a la posible estandarización gracias a herramientas de GenAI que permiten generar todo este tipo de elementos.

Para mi, la GenAI es, como todo lo demás, susceptible de acomodarse; no olvidemos que lo que rige hasta donde se llega con estas tecnologías, viene de cómo de bien, o mal, alimentadas estén en los procesos previos de "prompting". Dependerá de la osadía y atrevimiento de esos "prompt engineers" y "alimentadores de datos" que realmente se puedan generar cosas que no caigan en esa gran esperada mediocridad, ya abanderada, básicamente, por mediocres.

Sirva esto como reflexión, y también como auto-terapia cuando vea que las cosas no van todo lo bien que deberían :-).

#Tajueladas

PS.- Llevaba con esto en borradores una temporada, pero quiero dar las gracias a Ricardo_Luis__Cañavate_Garcia . por haberme dado el empujoncito para volver a escribir. Prometo mejorar en próximas entregas, estoy algo oxidado. :-)