Uno de los grandes debates que hay en nuestro país en los últimos tiempos es la natalidad. Un tema que tiene muchos puntos de vista, muchas aristas, lo que supone un desafío muy complejo para la ciudadanía. A pesar de que el enfoque suele ser social, Santiago Niño Becerra analizó el asunto desde una visión histórica y económica.
A pesar de que se habla actualmente de que España tiene "un modelo económico pobre e insuficiente", para el economista la realidad es que el país ibérico cuenta con una "economía 'de volumen", es decir, que "hacen han de llegar muchos turistas para que se genere PIB, y hacen falta muchos trabajadores para atender el mundo del turismo y sus servicios asociados".
Unos asalariados que, además, son "son inmigrantes por las precarias condiciones de los trabajos que tienen que realizar y que los nacionales no aceptan". En este proceso, lo importante es la presencia de un destacado número de población, que tiene que ser inmigrante si la local "no alcanza debido a la caída de la natalidad".
Por lo tanto, este relato "justifica la imposibilidad histórica de España para generar valor añadido en procesos productivos de alta productividad", algo con lo que lidia el país desde el siglo XVI con una de las productividades "más bajas" de todo el Viejo Continente: "Una baja productividad que se traduce en salarios bajos y en precariedad laboral, pero que distintos gobiernos de distinto color han ido justificando y poniendo el acento en 'el volumen".
Becerra: "La mayoría de los inmigrantes llegan para realizar esas tareas de volumen"
"A España, la mayoría de los inmigrantes que llegan, lo hacen para realizar esas tareas de volumen de bajo valor en organizaciones de baja productividad, y de España se van quienes ven que fuera existen unas expectativas que aquí no tienen. El 67% de las personas que se van disponen, al menos de un grado universitario, pero solo lo tienen el 16% de las que llegan porque para hacer lo que aquí tienen que hacer no necesitan una mayor cualificación", subrayó el economista en sus redes sociales.
De esta forma, el momento que fue un punto de inflexión para el país fue la década de 1930, en la que la economía española no se sumó a la II Revolución Industrial. "España no necesita población, necesita productividad", concluyó Niño Becerra.
