📄 Hace unos días se publicó la resolución que permite que clientes eléctricos hasta hoy regulados puedan optar al régimen de libertad de precios.
El director ejecutivo de ACENOR, Javier Bustos Salvagno, realizó un análisis de los cinco aspectos que se consideran más relevantes para entender de qué se trata esto.
1) Diferencia entre clientes: La ley eléctrica separa a los clientes entre regulados y no regulados. Los primeros pagan una tarifa eléctrica cuyo componente de energía está regulado, mientras que los clientes no regulados o libres pueden pactar contratos en forma bilateral para definir su precio de energía y condiciones de suministro.
2) ¿Qué pagan los clientes? La componente de energía es la única que libremente se puede negociar en el régimen no regulado, pero también la más importante, porque representa entre el 60 y 70% de la cuenta final. Además, los clientes regulados y libres pagan igualmente el uso de redes de distribución y transmisión, según les corresponda. También pagan el cargo por servicio público que financia el presupuesto del Coordinador Eléctrico Nacional y el Panel de Expertos, entre otros cargos (en otro post comentaremos sobre los cargos sistémicos que se traspasan al cliente libre).
3) El cambio principal: Hasta antes del último decreto publicado, sólo aquellos clientes eléctricos con potencia conectada entre 500 kW y 5.000 kW podían optar entre ser clientes libres o regulados. Ahora será posible que clientes con potencia conectada desde los 300 kW puedan cambiar de régimen. Es relevante indicar que no se pueden agregar o sumar capacidades de diferentes puntos de conexión a la red de distribución para alcanzar los 300 kW. No existe aún en nuestra regulación la figura de agregador de demanda con estas características.
4) El procedimiento es rígido: Para optar de cambio entre regímenes de precios de energía hay condiciones: si un cliente se cambia debe permanecer al menos 4 años en el régimen escogido. A su vez, debe comunicar su decisión a firme a la empresa distribuidora que le abastece con al menos 12 meses de anticipación, con lo cual el procedimiento de cambio es muy rígido y debería revisarse.
5) Hay que reducir asimetrías de información: Con este cambio, la cantidad de clientes libres, cerca de 2.500 en la actualidad, se podría duplicar, llegando a representar cerca del 65% de la demanda eléctrica. Esto pone de relieve su importancia, que ya no son sólo empresas industriales electro-intensivas, sino también comercios, hospitales, edificios y pymes. ¿Cómo la regulación va a cautelar sus derechos? ¿Qué tanto saben los clientes libres de sus obligaciones? Hay un trabajo que hacer en materia de reducir asimetrías de información entre pequeños clientes y suministradores de energía, además de aumentar la transparencia y poner el foco en incrementar la competencia del mercado de contratos no regulados.
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