Publicación de Álvaro C.

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Degree in Business Administration and Management | Entrepreneur

La reforma fiscal propuesta por la ministra María Jesús Montero, que implica un aumento del tipo impositivo sobre empresas, supone un grave obstáculo para el tejido empresarial español. España, donde las pequeñas y medianas empresas (PYMES) representan más del 99% del total de empresas y generan alrededor del 62% del PIB y 66% del empleo privado según datos del Ministerio de Industria, se enfrenta a un riesgo significativo de desincentivar la inversión tanto nacional como extranjera. Incrementar la carga fiscal sobre las empresas no solo dificulta la creación de nuevas iniciativas empresariales, sino que también altera la percepción de España como un destino atractivo para la inversión. Estudios recientes indican que la presión fiscal empresarial en España (23% en promedio) ya se sitúa por encima de la media de la OCDE (21%), mientras que países vecinos como Irlanda ofrecen tipos significativamente menores (12.5%), atrayendo así a multinacionales tecnológicas y farmacéuticas, así como empresas de nueva creación. Además, las PYMES, motor económico y eje del tejido productivo español, son especialmente vulnerables a estas medidas. Según datos de CEPYME, más del 80% de las PYMES tienen márgenes de beneficio estrechos, lo que limita su capacidad de reinversión y crecimiento cuando se enfrentan a mayores impuestos. Este tipo de políticas fiscales, lejos de incentivar la actividad económica, pueden provocar una contracción en la creación de empleo, una ralentización del crecimiento económico y una pérdida de competitividad frente a otros mercados europeos. Es imprescindible diseñar un sistema fiscal que fomente la innovación, el emprendimiento y la atracción de inversión extranjera, en lugar de medidas que limiten el desarrollo de nuestro tejido productivo.

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