Publicación de Fabiola Alburqueque

Accountability es un principio fundamental -un “arche” de la democracia-, ya que aplicado en su real esencia, garantiza que los políticos sean “respondables” por sus acciones, decisiones y por el uso de recursos públicos. Actualmente y como consecuencia de que la responsabilidad política se gestiona directamente en el plano “ontico” - en el de las experiencias cotidianas y empíricas-, ha tomado posesión del juego democrático, la cínica picardía característica de quienes bajo creativas promesas demagógicas, buscan ser elegidos, para después solo velar por sus intereses personales o sectarios. Sin embargo, el ser humano no esta determinado y es mas bien posibilidad. Por esto, el verdadero desafío democrático empieza con candidatos comprometidos en profundizar su proyecto político, en el plano “ontológico” -en el del Ser y el de la esencia de la Democracia-, para así comprender mejor los verdaderos desafíos que ésta plantea a la sociedad. Entonces, únicamente como resultado de políticos que como parte de su posibilidad de ser, decidan aprehender su “respondabilidad” y aplicarla en la democracia; tendremos un gobierno que priorice la gestión de la legitimidad y confianza ciudadana, la prevención y sanción de la corrupción, el control del poder, la transparencia de la información, la mejora de la calidad de políticas públicas en educación, salud, medio ambiente, el fortalecimiento institucional, la protección de derechos y libertades y otros -el porque-, con mayor atención y dedicación que aquel necesario para nombrar Ministros, Embajadores, Administradores de Aduana, Impuestos y otros -el quien-.

Aquí os dejo alguna reflexión sobre nuestra democracia actual. Espero que os guste el artículo, es tiempo de reflexionar un poco sobre nuestras estructuras y organización. @justicia @democracia @derecho

ESTUDIO REVELA QUE IQUEÑOS PREFIEREN UN REGIMEN DEMOCRÁTICO A UN REGIMEN AUTORITARIO Como causa de la crisis los iqueños consideran el mal desempeño de los líderes democráticos, las fallas en los servicios públicos y la necesidad de grandes reformas “Los iqueños valoran un régimen democrático frente a una propuesta de gobierno autoritario”, es una de las conclusiones del estudio realizado por IPSOS por encargo de IDEA Internacional, que fue presentado por la Comisión de Derechos Humanos de Ica – CODEHICA en el marco del proyecto Perú Conversa. La investigación denominada Percepciones de los iqueños sobre democracia y crisis política, entre otros importantes hallazgos identificó que alrededor de la mitad de los iqueños considera que la solución frente a la crisis, radica en el cambio de todos los líderes políticos y en la lucha contra la corrupción. “En términos de reformas, los iqueños apoyan la participación ciudadana y de los partidos políticos en la elección de candidatos, excluyendo a aquellos con procesos judiciales pendientes. En particular, respaldan la renovación del Congreso en periodos más cortos”, dio a conocer el José Muñoz, politólogo integrante del equipo de IDEA Internacional quien socializó la información. Durante la presentación se informó en cuanto a la orientación política de los iqueños, un 7% se identifica de izquierda, un 49% de centro y un 7% de derecha. Sin embargo, destaca que un 38% no especifica orientación o señala que ninguna, además 3 de cada 5 iqueños afirma ver o escuchar noticias mínimo una vez al día, siendo la televisión y Facebook las principales fuentes de información, Sin embargo, en términos de confianza neta, la radio es el medio que genera mayor confianza, mientras que los diarios impresos y redes sociales como WhatsApp y X (Twitter) los que menos confianza generan. Participación y representación. Los ciudadanos en Ica sienten que sus opiniones no son valoradas por los gobernantes. La gran mayoría no se siente representado por ninguna autoridad y todos los niveles del gobierno son mal evaluados. Asimismo, se dio a conocer que 3 de cada 5 iqueños percibe una falta de espacios de diálogo en su región. La ciudadanía se ve a sí misma como el actor más legítimo para organizar estos espacios, destinados a abordar problemas clave como la corrupción política, el aumento de la pobreza y desigualdad, y la inseguridad ciudadana. El estudio se aplicó durante el 18 de enero al 5 de febrero del 2024 a 300 iqueños de más de 18 años, la investigación tiene un margen de error de +/-5.7%.

Venceréis, pero no convenceréis. Se puede imponer un régimen, pero algo muy distinto es ganar la legitimidad ética y la aquiescencia social que solo surge del consenso. Mi artículo en ⁦‪SinEmbargo MX

Con rupturas constitucionales perseguidas por líderes elegidos democráticamente, con claras intenciones de romper los consensos del pasado y fomentado por una alta aprobación ciudadana, se está produciendo un retroceso democrático, especialmente en lo Con rupturas constitucionales perseguidas por líderes elegidos democráticamente como Milei y Bukele, con claras intenciones de romper los consensos del pasado y fomentado por una alta aprobación ciudadana, se está produciendo un retroceso democrático, especialmente en lo que respecta al Estado de derecho y a la institucionalidad democrática. que respecta al Estado de derecho y a la institucionalidad democrática. https://lnkd.in/dmFgk-p8

¿Cuál crees que es tu ideología? Hablar de calidad política en nuestro país es hablar de la calidad de nuestra democracia. Nací en los noventa, y aunque mi vida no ha sido especialmente larga, he vivido una interminable serie de casos de corrupción: Gürtel, Bárcenas, los ERE de Andalucía, Malaya, Bankia… Tanto fue, que presenciamos el fin del bipartidismo, con el 15M como catalizador. Aquel descontento generalizado, falsamente atribuido solo a Pablo Iglesias y Podemos, desafió el orden establecido. Hoy, casi 15 años después, los actores han cambiado, pero el problema de fondo sigue igual. La imagen del político está deteriorada, y esta percepción negativa ha alcanzado incluso a las instituciones. Su forma de comunicar y su comportamiento en el Congreso son solo parte del problema; lo más grave es la desconfianza hacia las instituciones, las grandes perjudicadas en este proceso. Si analizamos la política española, ¿cuánto de lo que sucede ahí se refleja en nuestras relaciones profesionales? Vemos pequeñas corruptelas, mentiras y falsas promesas que nos mantienen divididos en asuntos que apenas nos afectan, ocultando lo que podría realmente unirnos. Desde aquel 2011 lleno de esperanza, esta ilusión apenas se mantiene por culpa de una clase política que exige un cambio integral. Todo político que fomenta o permite el circo mediático y estructural es cómplice de la situación actual. Y quien tolera en política comportamientos que no aceptaría en su vida personal está dando un poder desmedido a un grupo que poco ha hecho para merecerlo. Un vecino, compañero de trabajo o amigo que piensa distinto a ti hace más por tu bienestar que cualquier político afín. Y esto lleva a cuestionar si las ideologías existen como creemos. Hoy no se trata de derecha o izquierda: se trata de honestidad frente a deshonestidad, responsabilidad frente a conformismo, verdad frente a mentira. La próxima vez que discutas con un familiar, recuerda tu verdadera ideología: la misma que la suya y contraria a la de la clase política. La política es una herramienta en el enfrentamiento actual: políticos vs ciudadanos. Sus reglas no contemplan ni la moralidad ni la verdad. ¿Acaso eso está equilibrado? Debemos encontrar puntos en común y volver a la ideología que verdaderamente nos gobierna: el mal funcionamiento de los partidos, la falta de separación de poderes, la polarización extrema, el despotismo democrático, la baja calidad de las leyes y la precariedad económica. Vivimos bajo un orden civilizado, pero su narrativa excluye el debate racional. Las instituciones ya no se respetan ni a sí mismas; con cada legislatura, el país queda en reconstrucción y vacío de valor popular. Debemos buscar verdades morales entre nosotros: la amistad, la tradición, la familia, la verdad, el compromiso. En España, las ideologías ya no se miden de izquierda a derecha, sino de arriba a abajo. Artículo para Diario Hércules https://lnkd.in/dNnEqAt6

Compartimos la última columna de nuestro socio Rafael Sousa Amunategui en La Tercera, sobre una probable crisis de confianza en las instituciones en Chile: El debate muchas veces se ha reducido a que la confianza es buena y la desconfianza mala. La realidad es distinta y más compleja. La confianza y la desconfianza no son extremos del mismo continuo, ambas pueden existir simultáneamente, ambivalentemente (Bies, 2014). La confianza, en ausencia de desconfianza, es el sueño del autoritario; es lo que reclaman este tipo de líderes para eliminar, por ejemplo, la separación de poderes del Estado. Por eso, la pregunta esencial no es cómo lograr que las personas confíen más en las instituciones, sino cómo estas atienden la desconfianza pública.

Más allá de estrategias políticas y tacticismos, de siglas, de luchas de poder, de fango y guerras sucias, bulos, dimes y diretes, quizás, este seria interesante leer este post de Jose Cabrera para darle una pensada a qué tipo de política y de políticos queremos como ciudadanos...y si realmente nos merecemos los que tenemos.

Una democracia conquistada... “Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle”... El Gobierno de Arias Navarro tenía como objetivo la perpetuación de los principios del Movimiento tras la muerte del dictador. Un continuismo a la turca que quedó desbaratado por la galerna de huelgas de 1976, más de 17000 conflictos en los que se perdieron tantas horas de trabajo como en todos los países de nuestro entorno de forma combinada... existían diferentes planes para el futuro de España, algunos trazados desde Washington y otros desde Bonn. Por abajo, la clase trabajadora de nuestro país se constituyó como un actor político fundamental... Ya con Suárez se valoró poner en marcha una democracia de carácter tutelado, donde el PCE estuviera ausente, donde el rey tuviera capacidades de veto legislativo. Sabino Fernández Campo lo dejó por escrito pero reconoció, a finales de los noventa, que aquel proyecto no se pudo llevar a cabo porque las circunstancias “no eran propicias”... Esas circunstancias poco propicias para permitir una democracia tutelada fueron los sectores populares en marcha, donde se hallaban los trabajadores organizados, el movimiento democrático de mujeres, los estudiantes, la iglesia de base e incluso los militares de la UMD. Españoles y españolas comunes que se negaron a ser los convidados de piedra de la Transición y que empujaron, jugándose su integridad, para traer la libertad a nuestro país, una verdadera democracia conquistada... España, que fue abandonada dos veces por las democracias liberales, en 1936 y 1945, tuvo que protagonizar su propia liberación en los años 70, una que sólo fue posible mediante el protagonismo de aquellos a los que la historia nunca recuerda con nombre propio (Daniel Bernabé) #transicion #memoriahistorica #memoriahistoricafranquismo #memoriahistoricatransicion #democracia #democraciaespañola https://lnkd.in/dBUMyt5v

Es fácil estar de acuerdo con el sombrío diagnóstico de Feijóo sobre «la peor clase política de la democracia», veredicto en el que tuvo la decencia autocrítica de incluirse aunque quepa preguntarle qué está haciendo él para mejorar ese pésimo estándar. Sin caer en la tentadora trampa de la nostalgia, basta comparar la brillantez de la nomenclatura de la Transición, del felipismo o del aznarismo en su primera etapa con la mediocridad –el sustantivo es piadoso– de la dirigencia contemporánea. No hace falta cotejar criterios más o menos subjetivos de calidad profesional o de fibra humana: es suficiente con ceñirse a los logros que unas generaciones y otras han proporcionado a España. En la práctica, vivimos todavía del impulso de la refundación democrática. Este declive no es sólo un proceso nacional, sino planetario. Hubo una época, la de los ochenta y noventa, donde se juntaron Mitterrand y Kohl, González y Thatcher, Isabel II y Juan Carlos, Reagan y Gorbachov, Rabin y Sadat, Delors y Carrington, Peres y Arafat, Mandela y el Papa Juan Pablo. Incluso los Clinton, Blair, Aznar o el primer Lula parecen gigantes al lado de los actuales liderazgos. Una cumbre europea constituye hoy un desolador desfile de gobernantes de bajo rango; desde que se retiró Merkel, la UE está dirigida por grises subalternos con inequívoca pinta de funcionarios entre los que sólo Macron luce un relativo perfil de Estado. Cómo será el panorama que Biden funge, hay que joderse, de presidente americano. No vale, sin embargo, engañarse. Las élites políticas son el reflejo de sus respectivas sociedades. Es verdad que han perdido o renunciado a la función prescriptiva para envolverse en la coartada de las corrientes dominantes y en vez de marcar el camino siguen las tendencias de opinión expresadas en las redes digitales. Pero su desempeño sería muy distinto si existiera una conciencia colectiva formada en el ejercicio del compromiso cívico y de la ciudadanía responsable. La irrelevancia de nuestros representantes es la consecuencia natural de haberlos votado por meras afinidades emocionales, con la displicencia de quien reparte 'likes' a un 'instagramer'. La actividad pública se ha degradado tanto por su propia ineficacia para resolver problemas como por nuestra falta de exigencia a la hora de reclamar firmeza ética. El éxito de la 'posverdad', de la manipulación de la realidad, se basa en la comodidad social para aceptar prejuicios por conveniencia o por pereza ante el esfuerzo intelectual de debatir ideas. Afincados en el sectarismo, en la desconfianza o en la sospecha, nos hemos desvinculado de la defensa del sistema, y por esa puerta que dejamos abierta sólo pueden entrar oportunistas deshonestos, aventureros incompetentes, burócratas adocenados o falsos profetas. Machadianos tenores de voz hueca acostumbrados al aplauso gregario de un público sin grandeza.