¿Reclutadores o mercaderes de talento? Una reflexión necesaria
Estamos en la recta final del año, y una constante que sigue resonando es el trato que reciben los postulantes durante los procesos de selección. Esto no es una queja más; es una llamada de atención para reflexionar sobre la profesionalidad y empatía en el reclutamiento.
¿Qué tan común es esto?
Falta de feedback: Presentas exámenes, participas en entrevistas, dedicas horas... pero nunca recibes una retroalimentación. ¿Cómo se supone que un profesional mejore o avance si nadie le explica en qué podría haber fallado o destacado?
Reprogramaciones sin fin: Mensajes para cambiar horarios de entrevistas, pero después... silencio absoluto. ¿Por qué la comunicación queda en el limbo?
Desaparecer al postulante: El candidato invierte su tiempo, pero parece que no es suficiente para merecer un cierre claro del proceso, sea positivo o negativo.
Esto deja una duda legítima: ¿los reclutadores están actuando como profesionales que valoran el talento, o como simples intermediarios que “descartan” lo que no les conviene, sin preocuparse por la experiencia del otro lado?
Como profesionales de Recursos Humanos, deberíamos recordar que los procesos de selección no son solo para evaluar al candidato; también son una carta de presentación de la empresa. Tratar con desdén o indiferencia a los postulantes proyecta una imagen muy pobre de quienes están detrás del proceso y, por extensión, de la organización.
¿Qué podemos hacer para cambiar esto?
1. Implementar feedback obligatorio: No es difícil estructurar una respuesta breve para cada candidato. Es cuestión de voluntad.
2. Mejorar la comunicación: Si se va a reprogramar o cerrar un proceso, el postulante merece saberlo.
3. Humanizar el proceso: Detrás de cada CV hay una persona. Un trato respetuoso y profesional no debería ser opcional, sino la norma.
Cierro con esta idea: el mercado laboral está lleno de talento, pero muchas veces el verdadero filtro no está en las capacidades del postulante, sino en la empatía y profesionalidad de quienes lideran el proceso.
Si trabajas en reclutamiento, ¿qué opinas de esta situación? ¿Qué prácticas podemos incorporar para ofrecer un trato más justo y humano?
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