"Black Friday: De fenómeno estadounidense a tradición global (o no para todos)"
El Black Friday nació en Estados Unidos en los años 60 como un día clave para el comercio minorista, marcando el inicio de la temporada de compras navideñas tras el Día de Acción de Gracias. Su nombre, según algunas teorías, refleja el momento en que las cuentas de los negocios pasaban de números rojos a negros gracias al aluvión de ventas.
En España, este fenómeno llegó más tarde, hacia 2012, impulsado por el comercio online y marcas internacionales. Desde entonces, se ha convertido en un evento imprescindible para consumidores y grandes marcas, que extienden las promociones incluso a semanas completas. Pero no todos se suman al ruido del Black Friday.
El lado de las grandes marcas
Gigantes como Amazon, Apple o Zara comienzan a planificar meses antes, diseñando estrategias que combinan descuentos atractivos con campañas omnicanal. Aprovechan la jornada no solo para vender, sino para reforzar su conexión con clientes en todo el mundo, ajustándose a culturas y mercados locales. En este escenario, creatividad y volumen se convierten en las herramientas clave para destacar entre un mar de ofertas.
¿Y las pequeñas empresas?
Para muchas pequeñas empresas, el Black Friday supone un dilema. Participar puede ser una oportunidad para aumentar la visibilidad, pero también un reto que afecta márgenes ya ajustados. Por eso, algunas deciden no unirse a esta jornada.
"Si mis precios ya son competitivos todo el año, ¿por qué necesito hacer descuentos?", es el razonamiento de muchos emprendedores que apuestan por otra estrategia: poner en valor la calidad, la atención personalizada o la sostenibilidad frente al consumo masivo.
En lugar de unirse a la guerra de precios, estas empresas eligen fidelizar a sus clientes, destacando lo que las hace diferentes. Y, curiosamente, esta postura comienza a resonar entre un público que valora la compra consciente y el apoyo al comercio local.
Un día para todos (o casi todos)
El Black Friday ha cambiado nuestra forma de comprar, pero también nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones como consumidores y como marcas. Tanto si buscas esa oferta irresistible, como si decides no participar, todos acabamos tocados, de una forma u otra, por este fenómeno global.
¿Y tú? ¿Prefieres unirte al Black Friday o mantener tu propio camino?
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Fuente imagen: are.na
Momento interesantísimo para el sector Gracias Macarena Gutiérrez Mas