La lectura en un mundo de titulares
Por muy antiguo que parezca, sigo reivindicando la lectura como uno de los principales métodos de desarrollar la inteligencia individual y colectiva. En un mundo de titulares, vídeos cortos, manipulación, ... es fundamental construir tu propia opinión profundizando en los temas, y los libros y las tertulias con personas cultivadas nos ayudan mucho a ello.
Tenía pendiente de terminar " Hablamos la misma lengua" que me recomendó mi buen amigo Juan, un libro denso pero muy enriquecedor. Nos ayuda a entender cómo se construyó el principal activo que tenemos en la comunidad iberoamericana: nuestra lengua. Rompe mitos, demostrando que #españa fue muy flexible durante 300 años a la hora de imponer su idioma, y que fueron los criollos quienes apostaron por el castellano como única lengua. Y demuestra de manera muy clara la injusticia de la leyenda negra española. Fue después de la desaparición del protagonismo de los españoles cuando se impusieron las políticas de exterminio de los indios (tanto en USA como en toda la región), frente a la anticuada (pero mucho más humana) apuesta por la evangelización de nuestros compatriotas. También nos explica cómo en la época de la Constitución de Cádiz (con Napoleón revolucionando Europa y el mundo) los países de nuestra querida Latinoamérica reivindicaban una amnistía para aquellos que se habían levantado en tiempos convulsos contra la monarquía española para volver a ser fieles a España (algo que quizá nos suene a día de hoy). 200 años más tarde estamos en el mismo punto, los que armaron una revuelta aprovechando una coyuntura concreta (en su caso la invasión napoleónica) buscan el perdón y quieren empezar de cero. Y cierra con una muy buena exposición de cómo algunos líderes y países intentaron en los siglos XIX y XX impulsar la escisión de su "idioma", con sus localismos, del castellano (con un sorprendente impulso especial desde Argentina). Al final se impuso la lógica. Libro de más de 600 páginas que requiere verdadero interés por nuestro pasado, nuestra lengua, y el futuro de ambas, para elegir leerlo.
Ahora estoy leyendo el primer libro de una buena amiga, pero en cuanto termine curiosamente me esperan tres relacionados con la edad. Uno me lo he autorregalado: "El mundo visto a los 80 años", me interesa sobremanera la visión de Ramón y Cajal, una de las mentes más privilegiadas de la historia de la Humanidad, quizá me ayude a prepararme para el viaje. "El factor edad" que me regaló mi amiga Sonsoles Martín Naranjo y a cuya presentación acudí recientemente en Esade. Para finalizar el que me regaló mi hija María, "Elogio de la experiencia", que considero un mensaje subliminal. Seguro que no es casualidad que estos libros lleguen a mis manos en un corto espacio de tiempo. Aunque uno se sigue sintiendo un chaval, y corra media maratón en hora y media, los años están ahí y hay que saber entender cómo madurar y ser feliz en el camino. Y, sobre todo, nunca dejar de aprender.