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La DANA en la Comunidad Valenciana: entre la devastación y la solidaridad Estos días, al ver las noticias sobre la DANA que ha golpeado con fuerza a la Comunidad Valenciana, siento una mezcla de rabia e impotencia. Es desgarrador ver cómo las fuerzas de la naturaleza han devastado numerosas localidades, afectando a familias, destruyendo hogares y acabando con las fuentes de trabajo de tantas personas. Los desastres naturales son a menudo implacables, y en esta ocasión, hemos visto cómo se ha paralizado la región. Hablé recientemente con un antiguo alumno, intentando coordinar algún tipo de ayuda junto a sus compañeros. Sin embargo, la realidad es cruda: hasta que la red de carreteras se reconstruya, resulta extremadamente difícil acceder a muchas áreas afectadas. Esto dificulta que los voluntarios puedan llegar a ofrecer su apoyo, y que los suministros lleguen a quienes más lo necesitan. Como católico, no puedo evitar sentirme en la obligación de rezar por las víctimas, por las familias que han perdido a sus seres queridos y por quienes siguen buscando a los suyos entre los escombros y las aguas. También pienso en aquellos que, aunque no hayan perdido una vida, han perdido sus hogares, su medio de subsistencia, su vehículo o su negocio. Aunque las pérdidas materiales se pueden reconstruir con el tiempo, hay otras pérdidas que no se pueden reparar. Una solidaridad que nace de la esperanza Hablar de resiliencia en estos momentos parece casi obsceno. Podríamos decir que “todo se puede superar” o que “todo mejorará con el tiempo”, pero esas palabras pueden sonar vacías ante el dolor que muchas personas están experimentando. No se trata de una esperanza simplista o de un optimismo vacío. Para quienes somos creyentes, la esperanza es algo más profundo, una certeza que nos sostiene y nos impulsa a actuar. Una DANA de solidaridad: un llamado a la acción Quiero hacer una propuesta desde esta tribuna. Invito a quienes podamos, sumemos nuestro apoyo de manera organizada, a través de los canales adecuados: Cruz Roja, Cáritas, Bomberos Sin Fronteras, y tantas otras organizaciones que, con experiencia y recursos, están preparadas para brindar una ayuda efectiva y ética. Desgraciadamente, en momentos de crisis también hay quienes intentan aprovecharse de la situación. Por eso, es fundamental colaborar a través de instituciones de confianza, y no a través de intermediarios dudosos. Que esta tragedia se convertirá en una oportunidad para demostrar el lado más humano y solidario de nuestra sociedad. Hagamos de esta DANA un verdadero tsunami de solidaridad. Porque aunque la naturaleza golpea sin piedad, la respuesta que demos nosotros como comunidad sí puede marcar una diferencia. #DANA #ComunidadValenciana #Solidaridad #Esperanza #Resiliencia #AyudaHumanitaria #CruzRoja #Cáritas #BomberosSinFronteras #FeEnAcción
