Por fin viene el 2025... el primer año en que no habría nada que esperar. Llevamos 5 años en Chile en los que a esta altura estábamos esperando que algo pasara para poder proyectar el año que venía. El 2019, que amainara el estallido social; el 2020, recuperarnos de la la pandemia; el 2021, los resultados del plebiscito constitucional; el 2022, los resultados de la convención y el impacto de la guerra en Ucrania; el 2023 el segundo plebiscito constitucional. Pero llegamos a este fin de 2024 con dos "buenas" noticias: la proyección de crecimiento para el 2025 es del 2%... y para los próximos 10 años según el Central Bank of Chile... también!!! Me parece genial. Ya no hay nada que esperar.
El futuro de empresas, organizaciones y de Chile en su conjunto, depende más que los últimos años, de lo que hagamos distinto. En un mundo globalizado por cierto, pero ya sin esperar que algo ahí afuera se arregle o retorne a su rumbo anterior. Esto ya es menos estable de lo que quisiéramos y en un clima mas hostil.
Sabemos entonces de que si queremos resultados distintos, tendremos que hacer cosas distintas. Así de simple.
Me encuentro con líderes en sintonías muy disímiles al respecto. Algunos siguen lamentando el pasado que se negó a volver. Hay otros lamiéndose las heridas y apesadumbrados. Otros que no salen de la perplejidad y todo les resulta muy difícil de entender (y por lo tanto siguen paralizados). Pero un grupo creciente ha hecho de este mega cambio de escenario una oportunidad para pensar y actuar distinto.
¿Qué han hecho los que cambiaron de mirada?
- Se han arrojado hacia un campo de acción global. Han salido de Chile con operaciones en otros países, pero también con otros socios, otros modelos de negocio y otras formas de financiamiento.
- Otros han vuelto a estudiar. En mi experiencia, se han inclinado por IA, gobierno corporativo, liderazgo e historia.
- Las empresas familiares han adelantado procesos de sucesión, robustecido sus directorios y profesionalizado la acción filantrópica.
- Han cerrado negocios que no venían creciendo a las tasas esperadas. Se han enfocado.
- Han diversificado el riesgo y redefinido los umbrales. Se dieron cuenta que tenían un portafolio muy simple, con poca diversidad de instrumentos, territorios, plazos, etc.
- Han comenzado a elegir sus conversaciones e incluso sus relaciones. Han tenido la reflexión de que las energías son un bien a cuidar y que el negativismo o la polarización les hacen mal.
¿Y como país? Mi sugerencia estrategica es proponerse crecer a un 5% o más. Volver al 4% me parece que baja la mirada y por lo tanto las ideas. Tampoco gatilla todo el ánimo necesario. Para el 5 en cambio, no hay otra que pensar fuera de la caja. Tiene una épica distinta, y moviliza otros recursos, de todo tipo.
En tiempos en que la desesperanza abunda, creo que hay razones para levantar la mirada. Al menos ya no hay nada que esperar.
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Marketing & Admissions Director at IE University Lifelong Learning | Executive Coach | Professor
1 mesEnhorabuena Manuel y equipo! 🔝