Publicación de Uwe Paul Cruz Olivas

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Maestro e Investigador Nicaragüense

Comúnmente se piensa que la resistencia indígena al español se limitó al proceso de conquista que culminó en la segunda mitad del siglo XVI e inicios del XVII. Sin embargo, son Inolvidables las descripciones de los cronistas e historiadores que narran episodios tan memorables y trágicos como la caída de la ciudad de Tenochtitlán -capital del imperio azteca, y los principales pueblos de toda Centroamérica. Pese a ello, la resistencia al europeo fue una constante de larga data, sobre todo durante el período colonial. A medida que las huestes hispanas avanzaban e intentaban dominar los extensos territorios de la actual Nicaragua, se enfrentaron a muchos pueblos entre ellos los Chontales-Matagalpa quienes les opusieron una tenaz lucha, causándole las primeras bajas a vario capitanes de conquista entre ellos: Joan de Grijalba, Solis y entre otros. Ahora si mencionamos a los grupos Mayangnas pensamos en una tenaz lucha a los conquistadores. El rechazo se manifestó desde la simple resistencia pasiva incorporada al quehacer diario, hasta la rebelión armada y generalizada. En muchas zonas invadidas por el español, los nativos continuaron con sus viejos ritos y creencias, desafiando a la autoridad que intentaba imponer, a través de su ensangrentada religión cristiana. Los estallidos locales y motines de variada intensidad con movían de tanto en tanto a todas las provincias de tierra firme. Por último, en las regiones alejadas del norte y caribe se encontraban muchos poblados alejados de los grandes núcleos urbanos, la guerra permanente caracterizó las relaciones hispano-indígenas en el continente y luego de ello las demás potencias europeas se van a repartir el mundo, hasta llegar a la modernidad.

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