¿𝙌𝙪𝙞é𝙣 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙡𝙞𝙙𝙚𝙧𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙪𝙣𝙞𝙘𝙖𝙘𝙞ó𝙣 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙧𝙜𝙖𝙣𝙞𝙯𝙖𝙘𝙞ó𝙣?

“Lo que no se comunica, no existe”. Esta máxima la hemos oído en diferentes momentos. Entendemos que la comunicación es un intercambio de información consciente que tiene un origen y un destino y es vital porque es la base del entendimiento entre personas. No quiero hablar de intercambio de datos entre herramientas o sistemas de información, sino de gente. Sin comunicación no habría vínculos y no podríamos, ni siquiera, sobrevivir. De comunicación podemos decir lo que queramos. Hoy quiero hablar acerca de quién debe ser el responsable por liderar los aspectos de la comunicación en la organización. Y cuando digo comunicación, me refiero tanto a la formal como a la informal (que es gestionada por la Cultura).

Pensemos en la Comunicación como una herramienta que usamos como insumo para tomar decisiones y ejecutar acciones, establecer normas de comportamiento, vincular personas, gestionar riesgos y, al final, mantener la organización en el camino necesario.

¿Cuántas situaciones incómodas o difíciles podríamos evitar si tuviéramos claro el concepto de comunicación y sus implicaciones? ¿Nos hemos puesto a pensar cuánto tiempo, recursos, esfuerzo y capacidades hemos desperdiciado porque no hemos aprendido a comunicarnos? Peor aún, ¡NO HEMOS APRENDIDO A ESCUCHAR! La comunicación empieza por la historia que se dice y OJALÁ, la consecuente escucha por parte de otros. Tratemos de establecer una secuencia y empecemos por lo que vamos a decir. ¿Entendemos qué queremos decir? ¿Para qué queremos decirlo? ¿Revisamos el mensaje? ¿Validamos si lo que se entendió fue lo que queríamos decir? ¿Se generaron las acciones que esperábamos? ¿Entendemos quién debe decir qué? ¿Cuándo se deben enviar los mensajes? ¿A quién? ¿Clasificamos lo que queremos decir? ¿Identificamos los efectos que se van a producir toda vez mandemos el mensaje? ¿Qué riesgos hay? ¿Qué uso le van a dar?  ¿Hemos oído acerca de los 3 filtros de Sófocles? ¿Los aplicamos?

Es cierto que hay un montón de preguntas que debemos ir resolviendo con el fin de validar si estamos haciendo lo que queremos o si se hace necesario ajustar par tuercas por ahí.

A todas éstas, aún no hemos abordado el tema de quién debe liderar todo esto. El responsable por liderar las comunicaciones en la Organización es Talento Humano y la razón es tan simple como el hecho que los que comunican son seres humanos que trabajan por alcanzar sus sueños desde la empresa que los contrata.

Pensemos en la oportunidad maravillosa que se abre para Talento Humano si se encarga de liderar estos temas. No se trata de una tarea más, se trata de cumplir con la responsabilidad primaria de “atraer talento, darles la oportunidad de trabajar en pro de alcanzar sus sueños desde lo que hacen e impactar positivamente en sus vidas” y, ya que decimos que la comunicación es indispensable para vincularse con los demás (inclusive para sobrevivir), es indescriptible lo que se puede lograr en y para las personas.

Amigos de Talento Humano, ¿por dónde empezamos? He venido hablando ya un poco de tiempo acerca de la Comunicación Afectiva. Afectiva porque nace del afecto, del reconocimiento y del respeto que viene de entender que el otro es (al igual que yo) un ser humano que tiene sueños y que quiere cumplirlos. Y si bajamos un peldaño más, la comunicación afectiva empezar por escuchar afectivamente.

Qué difícil que es que escuchemos afectivamente si usualmente lo que hacemos es oír para contestar de la manera más rápida posible habiendo criticado, juzgado y condenado en una millonésima de segundo. Esto es automático y natural en el ser humano.

¿Cómo hacemos para ayudar a que ese comportamiento cambie? Sabiendo que la Cultura se influencia por el comportamiento de la gente pero que éste también se impacta por la Cultura, ¿les parece si empezamos a ver qué hacemos desde ahí?

Como cualquier iniciativa de cambio, el tema no se resume a activar un interruptor, sino que toma tiempo, mucho tiempo, pero, por otro lado, la distancia que hay entre el origen y el destino se reduce por cada paso que damos en esa dirección.

“Comámonos el elefante a pedacitos”. Empecemos hablando de la importancia de escuchar. Escuchemos nuestro cuerpo. ¿Qué nos dice? Escuchemos nuestra mente: ¿qué nos dice? Escuchemos nuestro corazón y nuestra conciencia: ¿qué nos dicen? ¿Será que vamos por el camino correcto? ¿Nuestros pasos nos acercan o alejan de los sueños? ¿Qué dice la Cultura alrededor de esto?

Los invito a que sigamos este camino:

1. Ayudemos a la gente a que se escuche. Abramos espacio para orientarlos a que se escuchen sin juzgar, solo entendiendo. Construyamos espacios de silencio en los que podamos concentrarnos en escuchar.
2. Enseñemos a las personas a hacerse las preguntas correctas. Desde las preguntas adecuadas se obtienen las respuestas necesarias. Ojo: recordemos los pilares del bienestar y cómo desde el trabajo podemos impactar positivamente los demás sabiendo que el ser humano es uno solo y su bienestar, integral.
3. Pongamos de nuestra parte para que las personas descubran cómo están, descubran cómo podrían avanzar en su bienestar y qué necesitan para lograrlo.
4. Una vez la gente aprenda a escucharse, vamos viendo qué hace falta para que vaya cogiendo el hábito de hacerlo con los demás aplicando el mismo propósito, camino y objetivos.
5. Cuando vayamos mejorando en la escucha, diseñamos qué hacer para la transmisión de información, la emisión, el habla, la historia, el texto, como lo queramos llamar. Lo clave es que antes de empezar a hablar, tenemos que escuchar. ¿Nuestra Cultura es del tipo de la que va hablando de una o se detiene un segundo para escuchar?

Mis amigos de Talento Humano. Recuerden que antes de hacer algo con la gente, lo deben hacer primero en Ustedes.

Puedo ayudar en la tarea. ¿Nos tomamos un ☕️ ?

Si vale la pena lo que estás leyendo, ¿le podrías por favor dar  👍 y  📢 con alguien que consideres que le pueda servir?