¿Ética en las empresas?

No han sido pocas las veces que en una entrevista laboral he escuchado a diversas personas preguntarme sobre el tipo de contrato laboral (planilla,  honorarios o mixto), sobre el horario de trabajo (si se trabaja los fines de semana), si el pago es puntual, si no vamos a cambiar el esquema de beneficios cuando se inicie el contrato, etc. Siempre que me encuentro en esta situación, no tengo problemas en absolver estas dudas, pero de tanto escuchar el mismo discurso me entró la curiosidad y empecé a consultar el porqué de estas preguntas. ¡Bingo! Casi a una sola voz la respuesta que recibí fue porque en alguno de sus anteriores trabajos los habían maltratado. ¿Cómo? Pues algunos de ellos me decían que llegaban a un acuerdo económico y cuando empezaban a trabajar se les cambiaban las “reglas del juego”, para ser exacto, se les decía que estarían en planilla, pero cuando iniciaban su primer día de trabajo se les decía que, en efecto, estarían en planilla pero solo la mitad del monto total acordado, la otra mitad sería bajo otro esquema; el trabajador al tener solo dos opciones (Rechazar la propuesta y quedarse sin trabajo? O ¿Aceptar la propuesta?) terminaba aceptándola. Otros me decían que la empresa sí cumplía con el pacto remunerativo, pero se sentían explotados porque se les exigía de manera indirecta que trabajasen los fines de semana imponiéndoles metas arriba de lo normal. Otras personas también me comentaban que querían renunciar a sus trabajos porque no eran puntuales al momento de pagar el salario, y no se referían a 1 día o 1 semana de retraso, alguna vez escuché dos meses. Recuerdo que una persona me comentó, en confianza, que ya no soportaba a su jefe porque le llamaba la atención con adjetivos desagradables en frente de sus compañeros; y en otra oportunidad otro empleado me dijo que su jefa era insoportable porque lo sobrecargaba demasiado delegándole labores que no eran de su responsabilidad. Y para terminar con algunos ejemplos, no olvidaré aquella vez cuando noté que un candidato me insistía demasiado en volver a aclararle detalladamente los beneficios luego que ya hubiéramos llegado a un acuerdo formal. Al preguntarle el porqué de su insistencia, se sinceró y me dijo que anteriormente una empresa había llegado a un acuerdo formal con él, pero que días antes de su inicio de labores le comunicaron que el proyecto para el cual sería destinado, ya no se iniciaría puesto que el cliente que necesitaba el servicio había cambiado de opinión, por lo que no permitieron su ingreso y aún peor no pudo regresar a su anterior trabajo debido a que ya había renunciado e inclusive ya había capacitado a su reemplazo; al final se “quedó en el aire”, me comentó.

Esto evidentemente son indicadores de una mala gestión que converge en una falta de ética organizacional. Tratar a los empleados como un medio para conseguir un fin no es la manera adecuada de gestionar una empresa. Pero existen formas para corregir estas situaciones y se empieza identificando en dónde se ubican estos elementos.

¿Cómo podemos darnos cuenta de que una empresa posee un nivel bajo en su ética empresarial?

Hernandez, J. (2011) menciona que la ética empresarial puede ser medible en base a los siguientes elementos:

• Trabajos forzados: Por ejemplo, las horas extras implícitas en la sobrecarga laboral.
• Discriminación: Cuando la empresa evita extender un contrato a una mujer embarazada o cuando no acepta a personas debido a su edades.
• Practicas disciplinarias: Cuando se abusa de este medio para hacer que su personal produzca aún más.
• Horas de trabajo: Aquellas empresas llamadas “negreras”.
• Remuneración: Cuando el sueldo no refleja el conjunto de habilidades que posee el empleado.
• A esto yo le agregaría Respeto y Compromiso hacia el Empleado Potencial.

Considero que las empresas deberían tomar conciencia de este factor ya que más que ganancias al final generan pérdidas.

¿Cómo generan pérdidas?

• El mercado laboral (empleados y empleadores inteligentes), tienen identificadas a estas compañías por lo que no se vuelven atractivas para candidatos o clientes potenciales.
• La empresa que ofrece beneficios poco atractivos, se vuelve un nicho interesante para los head hunters.
• Cuando un empleador le cambia las “reglas del juego” a un nuevo empleado, su imagen como empresa de devalúa (en especial la imagen del reclutador).
• Cuando sobrecargan a los empleados, el alto nivel de distress (estrés negativo) genera problemas físicos y psicológicos teniendo como consecuencia los absentismos.
• La insatisfacción laboral en los empleados generan altos índices de rotación que producen pérdidas directas en el presupuesto anual.

El mercado laboral se vuelve cada vez más interesante y atractivo debido a que nuevas organizaciones surgen con modelos y prácticas de negocios cada vez más innovadores, lamentablemente aún existen empresas que  trabajan bajo un esquema que cada vez se hace más vetusto.

La próxima vez que estés a punto de ingresar a una nueva empresa, por favor busca referencias del nivel de ética que posee aquel empleador, no vaya a ser que luego te des cuenta de que haber aceptado aquella propuesta fue un error.